La película comienza con un suceso trágico, para después mostrarnos de manera breve los dos días anteriores para ponernos un poco en contexto, y regresar al punto de partida. Ese pequeño flashback no nos sirve de mucho, más allá que para presentarnos a algunos personajes, pero realmente lo que importa es ese suceso y cómo, quién y por qué. Vamos, es un whodunit en toda regla, Rian Johnson ya apuntaba maneras con su primer largometraje, varios años antes de traernos Puñales por la espalda.

Lo que me saca bastante de la película es que, para ser todos estudiantes de instituto, tienen unos diálogos y unos comportamientos que no cuadran nada, no son nada de muchachos de instituto, por muchas licencias que te puedas tomar en favor de la trama. Aun así, tenemos personajes bastante clichés: el protagonista heroico, el amigo sabelotodo, el matón, la pija, la popular, el yonki y el malote misterioso. También tenemos la típica trama de ***contenido con spoilers*** .

Este tipo de películas me suelen gustar bastante, las de unir las piezas del puzzle y desentrañar un misterio donde cualquiera puede ser culpable, pero es muy lenta, los personajes insoportables, los diálogos para darles de comer aparte, y para colmo el doblaje no ayuda lo más mínimo. No sé por qué le pareció que sería una gran idea mezclar adolescentes con un thriller neo-noir, pero chirría mucho, al menos a mí me lo parece.

En conclusión, pintaba interesante pero me ha resultado una auténtica decepción y sólo quería que terminara. Y la conclusión es un tanto predecible, ***contenido con spoilers*** .

Debut cinematográfico de R. Johnson, que retoma los códigos del cine negro, mezclándolos en un mundo de cine adolescente. ¿Cuál es el resultado? Bueno, ya es un puro ejercicio de estilo, con todas las limitaciones que eso conlleva en manos de un cineasta primerizo que intenta darse a conocer. Si el ritmo está bien llevado y el presupuesto es ínfimo, cuida mucho los encuadres, la iluminación y el montaje para ofrecernos un compendio del género, incluyendo una trama complicada con una resolución que cuesta entender cómo hemos llegado hasta ahí. En definitiva, el curso de los acontecimientos resulta más apasionante que el porqué. Los actores son buenos, con personajes simpáticos interpretados por un elenco de caras agradables que incluye a Joseph Gordon-Levitt, Nora Zehetner, Noah Segan, Lukas Haas, Noah Fleiss, Emilie de Ravin y Meagan Good. Todos estos jóvenes actores nos ofrecen unas relaciones que transmiten emoción, apoyadas por unos diálogos sinceros, los códigos del género se reciclan con agudeza, me gusta que nunca lo veamos evolucionar en el contexto del instituto (nunca en clase, nunca con sus padres, nunca con sus profesores, nunca en la cafetería) y la película está bien. Es limitada e imperfecta, pero ya se ven los comienzos de un cineasta que desde entonces se ha librado de sus tics.

No me esperaba mucho de esta película y me he llevado una grata sorpresa inesperada.

Cine negro juvenil, es verdad que de primeras la ambientación estudiantil, esa banda sonora de fondo que ameniza las secuencias y los actores tan jóvenes, chicos de instituto pero en una dura trama de dragas, mafia, ajustes de cuentas…choca, pero no chirría.

Desde el principio la trama empieza fuerte, con una imagen impactante, ya deja al espectador con muchas incógnitas y ganas de saber más de lo que está viendo. Toda una trama de investigación y suspense con buenos giros de guion, tiene un aroma de la ley seca o de los gángsters de las décadas veinte o treinta de los Estados Unidos pero no, es un instituto de la actualidad y eso es lo chocante.

Un buen guion donde se va tejiendo la historia como una telaraña, donde nada es lo que parece pero que poco a poco va sumergiendo al espectador en esta oscura historia de investigación (el protagonista quiere saber qué le pasó a su exnovia, que le llamó aterrorizada antes de que desapareciera), drogas, ajustes de cuentas, traiciones, poder y todo ello en un ambiente estudiantil. Una de las secuencias hace hasta gracia de la situación, ***contenido con spoilers*** .

La ambientación aunque sea estudiantil pero consigue darle esa oscuridad necesaria que necesita la historia que se está desarrollando.

Y con respecto al elenco de actores pues hay de todo, grandísimas actuaciones como la de nuestro protagonista, Joseph Gordon-Levitt que interpreta a Brendan, que investiga lo que le sucedió a su exnovia, un personaje que atrapa y que está lleno de buenos matices. Y otro papel que también destacaría sería el de Nora Zehetner interpretando a Laura, con respecto a los demás pues ni fu ni fa, incluso creo que Lukas Haas interpretando a The Pin, nuestro super mafioso, le falta más empaque. El punto flaco de la película son algunas interpretaciones que no están a la altura requerida.

Hay que reconocerle al director Rian Johnson, lo atrevido de esta película porque combinar el cine negro con un ambiente estudiantil, podía ser fracaso absoluto o una obra bien acogida, y creo que no es un fracaso, puede gustar más o menos pero no se puede decir que sea un fracaso.

Se puede decir que es una película que le da un aire fresco al cine negro, seguramente puede que a los puristas de este género no les agrade mucho la idea y les parezca un auténtico ladrillo, como su título, pero a mí me ha encantado y la recomiendo porque consigue absorberte en su trama, con buenos giros y es diferente.

Brick es una película de intriga y drama.

La película sigue a un astuto estudiante en la búsqueda de su interés amoroso que ha desaparecido, ayudado de un amigo, se irá encontrando con diferentes personajes en su camino.

No ha estado del todo mal, se ve la futura mano de Rian Johnson en esta trama de ir siguiendo pistas y añadiendo sospechosos a la lista, en una película que resulta más o menos entretenida aunque algo irregular, pero que habría estado mejor en un contexto que resultara algo más creíble, y no estas tramas de mafiosillos de instituto en la que casi todo parece un poco sobre actuado. Pero no está mala para un primerizo en el guion y la dirección.