Redactada: 2022-02-27
Considerando que todas las temporadas anteriores del MCU de Netflix han tenido problemas de ritmo, lo de Iron Fist me parece un milagro.

Por supuesto tiene sus problemas con el ritmo, sobre todo hacia el final, pero mientras en las otras series parecía que alargaran las tramas artificialmente para que la temporada llegara a los trece capítulos, aquí lo que ha ocurrido es que nos añaden personajes nuevos y hacen algunos giros, que si bien vienen anticipados con foreshadowing casi desde el comienzo de la temporada, la manera de sacarlos, prácticamente al final, hacía parecer más un avance para una siguiente temporada que algo útil para esta.

De todos modos, aunque dejando las puertas abiertas para la siguiente temporada (y también para The Defenders) cierra las tramas principales que se han abierto aquí.

El hecho de que la serie sea sobre artes marciales (y mucho más de lo que lo ha sido Daredevil en cualquiera de sus dos temporadas) es algo que me ha ganado, porque realmente Iron Fist es de los cuatro protagonistas al que menos conocimiento previo tenía de los cómics, y si bien sabiendo cuales son sus habilidades esperaraba que fuera a tener bastante acción, también temía que en realidad simplemente estuviera ahí para dar paso a The Defenders; sin embargo me ha sorprendido que hay una trama interesante que no parece hecha solo para dar lugar eventos a futuro.

Sobre las peleas, si bien no son tan interesantes en su uso de la cinematografía como algunas de Daredevil, resultan mucho más entretenidas, teniendo escenarios llamativos y contrincantes con habilidades y estilos de lucha muy particulares. Por supuesto tenemos los momentos de pelea contra tipos grandullones y fuertes pero lentos, o contra un grupo de esbirros no muy fuertes, pero son menos que las del otro tipo y aun así tienen unas coreografías que las hacen más únicas que en las otras series.

Fuera del tema superheróico, la trama no da tanto de sí; mientras en las otras trataban relaciones abusivas, conciencia de clase o racial, aquí tocan el mundo empresarial. Si bien hay un poco de tema social con Danny siendo un multimillonario al que no le importa el dinero y prefiere ayudar a los más necesitados, la mayor parte de la temporada esto queda en nada porque él está enfrentándose a diferentes antagonistas y la empresa la llevan otros.

De los personajes, me gusta como Danny empieza básicamente como la mejor definición de naive, pero con el paso de los episodios va aprendiendo a no ser tan inocente, a la vez que aprendemos que tiene una rabia interior que debe aprender a controlar.

Los Meachum son incluso más interesantes que el protagonista: Ward, a quien pronto nos presentan como un antagonista (al menos en la trama empresarial), aunque ni de lejos tan carismático como otros que hemos visto en las otras series, es el antagonista con más complejidad (y seguramente uno de los personajes más profundos en general de estas series); su padre Harold también es complejo aunque en su caso destacaría más lo bien llevado que está que no sepas a lo largo de la temporada si es bueno pero un completo gilipollas o si es malo fingiendo ser bueno, y por supuesto Joy que aunque con un papel algo menor, podría caer en el personaje de buen corazón y ya, pero a nivel empresarial casi parece no tener escrúpulos (aunque demuestra tenerlos).

Los otros personajes nuevos, aunque no están mal, no destacan tanto como estos, y de los que hemos visto anteriormente pues a destacar por supuesto Claire que además de que parece que va a ser el nexo en común para The Defenders, va evolucionando en cada serie nueva en la que aparece sin perder su esencia, y luego Madame Gao que aunque la mayor parte del tiempo no está presente, sigues notando que está ahí, y cuando está en pantalla es mucho más activa de lo que la vimos en Daredevil; aunque lo malo con ella es que su primera aparición es una silueta entre las sombras, para luego en otro capítulo desvelar que es ella, cuando en realidad queda bastante claro por lo del bastón y se pierde la gracia de esa revelación .

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