Crítica de Malcolm por PeterLynch

Cuando era niño, en los años 2000, recordaba ir al cole o el instituto y había muchas compañeras de clase que tenían en sus carpetas fotos de Mario Casas, Yon González o Hugo Silva. Pero lo que más me sorprendió es que había de actores internacionales como Zac Efron, Orlando Bloom o, el que más me sorprendía, Frankie Muniz. Y es que este actor fue muy seguido por mucha gente por su papel en las películas Super Agente Cody Banks, y su secuela, pero nadie le recordaba por la serie que dio fama al mismo actor. Recuerdo a muchos compañeros intentando comprarse la ropa que llevaban los actores, copiando su forma de ser o incluso, sus peinados. Cuando una mañana puse la tele, y vi esta serie, empecé a entender por qué gustaba mucho este actor. Y esta serie no hace que su personaje sea el único recordado; muchos de ellos consiguen elevar la serie a ser una de las más queridas y recordadas de los 2000.

La serie “Malcolm” se centra en la historia de Malcolm, el tercer hijo de una familia disfuncional que se descubre que tiene un coeficiente intelectual altísimo, pero eso le resulta sospechoso ya que su familia no es precisamente la más cuerda del lugar; su padre es una persona despistada e ingenua, pero a su vez amante de su familia; su madre es la figura déspota, autoritaria y un poco loca; un hermano mayor, Francis, metido en una escuela militar para aprender lo que no aprendió con su familia; su otro hermano, Reese, es el torpe de la familia pero descubre que posee talentos ocultos, en algunos casos están muy ocultos; y su hermano menor Dewey, un niño amargado por haberse perdido su infancia por culpa de sus hermanos y sus padres pero que posee una inteligencia para ser el raro de la familia y cometer atrocidades. Se acrecienta el hecho de que Malcolm es el de en medio cuando Lois da luz a su quinto hijo, Jamie, un personaje del que no sabemos cuando es pequeño su género y que siempre se sale con la suya a pesar de ser un bebé.

Como se observa durante toda la serie, es una historia sobre relaciones familiares y personales dentro de una familia disfuncional. En referencia al creador de la serie, a pesar de que el apellido Wilkerson solo sale en el piloto, no se quiso estigmatisar a ninguna familia o introducir ningún caracter étnico. Esto hizo que la serie pusiese esta actitud de la familia como algo frecuente y usual, eliminando los apellidos o incluso, por momentos en la quinta temporada, si Jamie era niño o niña. Sin embargo, da su crítica hacia ciertos aspectos del panorama americano con una sutileza y sigue siendo family friendly. La serie tiene puntos que llaman la atención como el hecho de que Malcolm esté rompiendo la cuarta pared constantemente para dar a entender al espectador en qué consiste la situación que está ocurriendo, los inicios de los episodios son muy recordados como muchas series de comedia posteriores, véase “The Office”, “Community”, “Brooklyn Nine- Nine”, …. A pesar de llamarse la serie por el nombre de Malcolm, tiene tiempo en sus siete temporadas, de profundizar en muchos personajes, como su familia y algunos amigos de los protagonistas. Uno de los personajes al que vas cogiendo más cariño es al de Dewey ya que, a pesar de su infancia olvidada, es al que se le ocurre las ideas más divertidas. Malcolm experimenta lo que es estar en una clase siendo diferente, y no quiere en una para niños con un coeficiente alto. Él quiere ser normal en ese sentido, por eso su vida es algo injusta. Y es que explorar las dificultades de un adolescente puede ser un tema muy repetitivo pero esta serie consigue que, al fijarse en esos aspectos anteriores, hace que la serie sea vista con otros ojos.

Y es que fue capaz de llevar a la fama a muchos de los intérpretes que aparecen, pero también les encasilló. Y es el caso de Erik Per Sullivan, quien interpreta al personaje de Dewey, que vive alejado de la vida pública después de 2010. Pero también dio notoriedad a algunos otros, como fue el caso de Frankie Muniz o Bryan Cranston, quienes fueron reconocidos por papeles posteriores o subidos a los pedestales. Y es que después de esta serie, el valor de Cranston se multiplicó con su aparición en una de las más recordadas. Pero lo que mejor se recuerda de Malcolm son sus gags, sus personajes y muchas de las locuras que ocurren en su pequeña pantalla. Echo de menos más continuidad dentro de la serie o el hecho de no haber alargado tanto los episodios (eran otros tiempos) pero, a pesar de ello, consigue ser recordada por lo que es, una de las comedias más icónicas de los 2000s, y un buen inicio para conocer la comedia de la nueva era de la TV. Y siempre podéis pensar como Malcolm, que siendo adolescente quiere escapar del nido familiar para ser libre, pero recuerda que ellos, sus seres queridos y su familia, siempre estarán ahí para lo que necesitemos. “Life is unfair”.