Crítica de Dominion por MartaPD

Da la sensación de que en esta temporada han dejado un poco de lado lo interesante de la primera: las intrigas políticas y luchas de poder en el seno de Vega. David Whele está desaprovechadísimo, un pecado cuando es fácilmente el mejor personaje de la serie con sus ansias manipuladoras. Ahora Claire maneja el cotarro y están en medio de una especie de guerra civil y la han liado con el viejo ese que no nos interesa a nadie porque en esta serie se ve que un hombre y una mujer no pueden llevarse bien sin que terminen liándolos. Alex se ha pirado con Noma a New Delphi, la parte más floja de esta temporada. Se hace un sitio aburrido y el personaje ese nuevo me ha parecido cero interesante. Y tenemos que aguantar al tostón de Michael dando vueltas por ahí y llegando a un nuevo pueblo tipo América profunda para reencontrarse con su fe o no sé qué, un pueblo misterioso porque tienen ahí una hoguera permanentemente encendida y por eso no los atacan.

Esta temporada ha tenido un poco más de rollo postapocalíptico a lo The Walking Dead, sobre todo si tenemos en cuenta que los eight-balls son literalmente como zombies. Es obvio que esto era lo menos interesante ya en la primera temporada, así que ha sido un error focalizar en ello la trama porque se ha resentido mucho más. Han metido un nuevo conflicto con la rebelión esa super tópica en Vega y para ello han elegido a la líder menos carismática posible. Como son revolucionarios les han metido bien de rastas y de pelos con trencitas y abalorios de colores, faltaría más. Todo muy irregular y con un final abiertísimo al haber sido cancelada, con la pena de que hay un par de buenos capítulos al final a raíz de destapar la Ánfora de la oscuridad y crear pesadillas vívidas para atormentar a los personajes. Pues nada, nos quedamos sin conocer a Lucifer , el plato fuerte que preparaban para la tercera.