Crítica de Castlevania por MrPenguin

Como gran seguidor de la saga de videojuegos de Castlevania que soy, la noticia de que Netflix iba a hacer una serie animada sobre ella fue como una bomba de expectativas y nostalgia estallando en mi cabeza. Cuatro años después de su estreno y tras su cuarta y última temporada (según parece), ya puedo decir que, a pesar de sus fallos y de algunos problemas de ritmo, estamos ante una de las mejores adaptaciones de videojuegos jamás hechas. 'Castlevania' consigue esto a base de respetar sus orígenes —manteniendo la iconografía, la sangre y las grandes peleas de la saga— y expandiendo además su universo a partir de unos personajes que no solo deberán luchar contra vampiros, sino también contra sus propios demonios internos.

El apartado visual, aunque cumple, es quizás el punto más irregular de la serie, siendo capaz de pasar de escenas espectaculares a otras más normalitas en las que incluso se echan de menos algunos frames que den mayor fluidez a la acción. La música acompaña bien pero sorprende que no incluya piezas de los juegos, los cuales pueden presumir de tener una de las bandas sonoras más memorables y épicas del mundillo. En cualquier caso, sigue destacando el genial diseño artístico de la serie, que dota a 'Castlevania' de esa estética oscura que tan bien le sienta a su mundo de fantasía de terror y que hará las delicias de los aficionados a la animación y a las historias de vampiros.

En definitiva, 'Castlevania' se sitúa como una de las ofertas más interesantes del catálogo de Netflix en cuanto a animación para adultos se refiere, no solo por traernos un enfoque fresco a una historia clásica de humanos contra monstruos, sino por rescatar la esencia de una saga que, al igual que los vampiros, se resiste a morir y caer en el olvido.