Decía Valle Inclán que "la Comedia persigue provocar emoción en el espectador, pero en el espacio de la comedia "autor y personajes conviven, el primero como titiritero y los segundos como marionetas", que incluso pudiendo llegar a situaciones esperpénticas,​ se muestran como seres libres, dueños de su propio destino y por tanto, capaces de conducir el hilo de la trama, a veces muy enmarañado, hacia un desenlace feliz. Esa libertad esencial que impregna el género hace de la comedia el paraíso de la versatilidad, la sorpresa, la genialidad, los cambios de ritmo y el disparate." Pues este viaje es lo que experimenta Schitt's Creek.

Schitt's Creek muestra la historia de una familia que lo tenían todo y acaban con nada, como lo que es la vida del ser humano. La serie creada por la saga de los Levy (padre e hijo) es una historia que impregna ternura, cercanía y empatía. Aunque a primeras puedan parecer personas despreciables con sus manías y desprecio hacia los demás. La familia formada por el padre Johnny Rose, la madre Moira interpretada por la gran Catherine O'Hara y los hijos David y Alexis. La historia comienza con el capricho del padre como una broma para comprarle este pueblo a su hijo, pero lo que no se iban a esperar es que este capricho iba a cambiarles su vida para vida.

Para ellos, todas las personas que aparecen en esta historia pueden parecer bichos raros, sin escrúpulos y barriobajeros pero en realidad, ellos son esos bichos raros de los cuales pretenden huir. Fijarse que lo primero que quieren hacer cuando llegan al pueblo es vendérselo al mejor postor y no querer tener nada que ver con ese "error" del pasado. Además sus personajes protagonistas vienen ya con una idea y será muy difícil salir de esa posición en la que se encuentran, y las personas que van conociendo en el pueblo les hacen ver que están equivocados y aunque por momentos pueden sacar lo despreciables que son, también consiguen sacar la mejor sonrisa y lo mejor de la familia Rose. Y eso que los personajes del pueblo también ayudan a evolucionar y mejorar su visión hacia los Rose.

Personajes como Twyla, Roland, Jocelyn, Stevie, Ted, Mutt, Patrick o Ronnie sacan lo mejor de los personajes en este viaje que tienen a lo largo de 80 capítulos y van descubriéndose. En particular Jocelyn, Roland y Stevie son los que mejoran respecto a como empezaron y se ve en como cambian sus vidas. Se vuelven más queridos y a veces, como decía Valle-Inclán, rozando el esperpento. Pero el viaje de los dos hermanos también es de mención porque saben como conectar entre ellos y el culmen es el cómo acaba la historia, porque si la serie ya era loca, ese final ya es lo que uno menos se esperaba.

Destacar a los padres Moira y John (Eugene y Catherine) que siguen, a pesar de la edad, siendo los mayores personajes de comedia que hay en el panorama actual (cambias de opinión a la hora de ver la serie como número de pelucas que tiene Moira consigo) y pone a Dan Levy como uno de los grandes contadores de historia. Y sí que creo que esos Emmys de la última temporada son más que merecidos. Esta serie estaba hecha a su medida y ha sabido llevar el tempo de la historia de momentos tan absurdos hasta otros en los que no he podido soltar una lágrima, porque la historia de Dan/David bien podría ser la nuestra. Y ya si llegas al final por cómo empezaba con un cartel que daba vergüenza ajena a ese final en el que se ve todo ese trabajo de la serie , sabrás que este viaje ha merecido la pena.

Como todas las comedias empiezan un poco flojas pero despegan y ganan enteros conforme entras en la historia. Puede que haya gente que no le parezca la mejor, pero es que no le hace falta para serlo. Es otra historia, y si te muestra emociones, habrá merecido la pena. Hasta siempre familia Rose y demás personajes de esta serie. Será difícil olvidarme de esa música a lo largo de la serie y de sus créditos finales.