Me ha ocurrido con ‘Brooklyn Nine-Nine’ algo extraño y es que he necesitado darle varias oportunidades para entender por qué gusta tanto esta serie. Todo mi círculo cercano la ve, hacen las mismas bromas y la disfrutan ampliamente, pero tras verme la primera temporada no entendía a qué venía tanto hype. Ahora puedo decir que me alegro muchísimo de haberle dado otra oportunidad porque es cierto que, aunque al principio se hace gala de un humor absurdo con el que no llegué a empatizar en ningún momento, luego la cosa cambia. Conforme pasan las temporadas el nivel sube como la espuma, se profundiza bastante más en la vida de los personajes y las tramas son originales. Estamos ante una sitcom que tiene como espacio central una comisaría de policía cualquiera de Brooklyn en la que los crímenes, robos y delitos están a la orden del día. Holt, Jake, Amy, Terry, Rosa, Boyle, Gina, Hitchcock y Scully son los protagonistas de esta gamberrada en la que las risas y la justicia son los principales objetivos a conseguir. Pero, para mí, el aspecto más importante de esta serie es la incorporación y la crítica social de temas de actualidad como el racismo, la homosexualidad en estamentos tan herméticos como el policial, el acoso sexual, la problemática que afecta a las mujeres en las posiciones de poder o la violencia policial. Y todo esto sin perder ni un ápice de ese humor que poco a poco me ha ganado completamente.
Una comedia muy agradable y disfrutable.

Cuando comencé el periplo con esta serie, venía de haber visto "New Girl" (que era de la misma cadena FOX) y empezando las temporadas tenía la sensación de estar viendo lo mismo. Pero continuaba viéndola y tenía frescura, encanto y sobre todo crítica.

"Brooklyn Nine-Nine" es la historia de una comisaria de policía bastante diversa y variopinta repleta de distintos personajes y sus manías. Los Jake Peralta, Boyle, Amy, Rosa, Holt, Terry y compañía relatan distintos momentos en la comisaría que no van más allá de teorías o narrativas complejas, sino situaciones normales y cotidianas, haciendo esta serie humilde y sobre todo, reflexiva. En sus más de 150 capítulos de 20 minutos, esta serie nos traslada a la sencillez y a la crítica al sistema, racismo, y a otros muchos más temas rellenos de humor blanco, negro, ácido y todos los colores habidos y por haber. Y se decidió darle un final después de 8 años porque, como en todas las series de comedia, se pierde calidad si se estira la historia. Podemos pensar que las 7 temporadas de "Veep" eran más de la cuenta, al igual que las 9 de "The Office" o "Seinfeld" o las 10 de "Friends", pero era lo suficiente para una historia que, en mi caso, se quedará guardada en la retina seriéfila. Llega al nivel de las últimas, pero sí es cierto que cuesta un poco verla despegar, pero cuando lo hace, se vuelve imprescindible.

Al principio puede resultar una comedia blanca, muy sencilla y acercándose a los clichés típicos de una comedia, pero lo que la hace especial son sus personajes y, como alguien ya dijo en otra crítica, la delicadeza con la que tratan ciertos temas (LGTBI, Racismo, Establishment, etc.). Las historias anteriores no serían lo mismo sin sus protagonistas y, en este caso, no es una excepción pero sí hay un personaje que se merece todos los honores en esta historia: Jake Peralta. El personaje interpretado por Andy Samberg hace de un personaje torpe, inmaduro y eficaz una de las mejores interpretaciones de comedia en la TV. Y sus compañeros tampoco se quedan atrás, ya que todos tienen grandes momentos y se hacen querer como los personajes que son. Todos queremos esa violencia de Rosa, Terry y su Yogurt y hablando en 3ª persona, Amy y su TOC y su buen hacer, Boyle y su bondad, el humor ácido de Holt, Gina y su cinismo o Hitchcock y Scully como los "inútiles" pero inseparables polis ochenteros. Y Jake... siendo Jake.

Todos tienen un granito que aportar en esta historia corriente y crítica desde la perspectiva de un trabajo que no está bien valorado por ciertos grupos sociales. Y eso hace que esta historia sea rica en momentos. Hay capítulos memorables y que serán recordados como el de Terry y el racismo, los especiales de Halloween, el interrogatorio, el ladrón de Pontiac o las luchas de Holt contra el sistema por ser negro y gay. Ha sido un placer acompañarla durante estos últimos años y viendo el final, hace justicia al viaje que ha realizado la serie a lo largo de estos años. En el primer capítulo, cuando Holt pregunta a Terry qué ocurre con Peralta, este le dice que es el mejor detective pero que no sabe lo que es madurar, y viendo el cómo ha ido, hace reconocer que es uno de los mejores personajes. Y al final, Holt se enorgullece de él. Ese es el viaje que se merecía su personaje y con el último capítulo se ha hecho justicia a esta serie. Hasta siempre comisaría 99 de Brooklyn.
"-Nine-Nine. +NINE-NINE"

Una serie de comedia magnífica, yo no soy muy de comedias ni de sitcoms porque muchas veces no me hacen gracia, pero esta serie me ha gustado mucho. Sobre todo por sus capítulos míticos, la evolución de sus personajes y la crítica social.

En el global de la serie mis personajes favoritos han sido Jake, Holt y Terry, pero a todos se les coge cariño por sus peculiaridades. También agradezco que Amy y Jake hayan tenido un romance sin 'descansos'; y su buen final, no es fácil cerrar bien una serie así para que sea recordable y el final es fiel a su estilo.