Serie con producción argentina, pero ambientada en España y con actores españoles en su mayoría, a excepción del protagonista, interpretado por Oscar Martínez (que lo hace bien… pero es el tipo de personaje que hace siempre: soberbio, burlón, más bien distante, etc).
La trama sigue a Antonio Dumas (Oscar Martínez) que, luego de ganar un concurso (que ya de por sí sale de lo común), llega a ser el director de un museo de arte. A partir de esto, en cada capítulo debe afrontar distintos “retos” a solucionar, lidiando con las excentricidades artísticas (tanto de las obras como de sus creadores), la espera de favores por parte de sus conocidos debido a su nuevo cargo y su vida personal (a la que no le proporciona demasiada atención).
La serie cumple: entretiene y divierte, haciendo una parodia al arte contemporáneo, con momentos bien disparatados que lograron sacarme alguna que otra risa. El punto en contra, sin embargo, creo que es que no profundiza demasiado en sus personajes ni en la trama en general. Cada capítulo presenta una situación diferente y, si bien hay subtramas que siguen a lo largo de sus seis capítulos (cierta situación con una estatua, la relación con su hijo y su nieto, y con una ex), se quedan en lo básico.
Es verdad que son apenas seis capítulos que no llegan a la media hora y que no se puede contar demasiado con ese tiempo, pero tal vez podrían haberla enfocado de otra forma. Además, queda una puerta abierta a una segunda temporada (que ya está renovada) pero no me llega a dar esa curiosidad para querer ver lo que sigue. Con una sola hubiera bastado..
Aún así, no es una mala serie: como digo, me divertí viéndola porque tiene un par de situaciones que rozan lo absurdo y son entretenidas. Además sus capítulos cortos y su ritmo rápido hace que se vea de una. Por lo que, la recomiendo para los que quieran reírse del arte y que busquen algo liviano y cómico de ver a la hora de la merienda.

Vuelvo a empezar la serie desde cero ya que me queda pendiente la última temporada y a estas alturas me olvidé de varios detalles. Y tengo que decir que realmente es de esas series tan buenas que sin importar cuánto la veas, se van descubriendo más cosas. O, al menos, ciertas cosas que la primera vez pasan desapercibidas, en la segunda cobran otro sentido.
Además, reafirmo mi opinión inicial de que es una serie increíble, desde lo visual, lo sonoro, la trama y los diálogos, todo te engancha desde el primer momento.
Obviamente, la trama no deja de ser una guerra, por lo que es crudísima pero muy interesante y muy bien estructurada, al mismo tiempo.

Qué decir de esta temporada...
En líneas generales me gustó: se va resolviendo todo lo que había detrás del secuestro de Phume y el suspenso atrapa.
Los primeros capítulos de la temporada están buenos, pero ya los últimos dos se vuelven demasiado turbios para mi gusto.
No es mala serie, pero creo que la dejo acá. La historia principal ya está bastante cerrada, deja la puerta para una nueva investigación sobre lo mismo y, en mi opinión, ya es estirarla demasiado.

Me sorprende que esta serie no tenga más repercusión, la verdad que me pareció muy buena.
Comienza bien al estilo de las novelas de Agatha Christie: un grupo de gente se reune en un lugar del que no pueden salir y ahí sucede un asesinato. Me hizo acordar mucho a Muerte en el Nilo, ya que es un grupo de conocidos que se juntan a celebrar algo en un crucero. También me recordó mucho a Puñales por la espalda (la primera), ya que en ciertos momentos hace como una especie de juego teatral, sobre todo cuando la protagonista intenta recordar ciertas cosas y entra en juego, además, el problema de la memoria: lo cambiante y manipulable que es.
Me gustó mucho, además, porque es rápida, engancha en seguida, tiene buena música y muy buena estética (está ambientada en la actualidad, pero el barco tiene un decorado muy a los años cincuenta, sesenta, por ahí) y me encanta el actor que hace del detective.
Otro punto a favor es que tiene un trasfondo un poquito más profundo que solo descubrir el asesinato central que ocurre casi al principio del primer capítulo. También hay un asesinato del pasado que vuelve a ser relevante y toda una subtrama de fondo. Y, además, nada es lo que parece por lo que, como aconseja el detective, hay que ir prestando mucha atención y fijarse en los detalles.
Lo que me resultó un poco flojo fue el final. En primer lugar por lo enroscado (aunque no tanto como en otras historias de este estilo) y en segundo porque continúa la historia con una segunda temporada. Obviamente, los casos principales se resuelven pero queda la subtrama de fondo, la parte enroscada, para verse en una nueva tanda de episodios. En mi opinión, con una temporada bastaba pero bueno, siempre está la tendencia a estirar las cosas.
Más allá de esos detalles, recomiendo mucho esta serie. Son diez capítulos, pero se pasan rápido y mantienen la atención constante y sobre todo, no resultan predecibles en absoluto.

Miniserie francesa de solo cuatro capítulos.
La trama comienza con un planteo interesante: un avión se estrella en un monte y solo encuentran como única sobreviviente a una bebé (de ahí el título, obviamente). A partir de ahí, dos familias terminan disputándose la custodia de esa bebé, alegando que es su respectiva nieta, por lo que veinte años después la beba ya crecida sigue sin conocer bien su identidad. Paralelamente, un detective amigo de su familia es asesinado luego de dejarle un mensaje telefónico en el que le avisa que descubrió algo sobre quién es ella realmente y que tiene que verla urgentemente.
Los dos primeros capítulos me atraparon en seguida. Van contando todo eso a través de flashbacks y se va descubriendo la investigación del detective y los secretos del pasado.
El problema viene en los dos últimos capítulos, cuando ya comienza el desenlace. Ahí la serie se empieza a desinflar un poco. Comienzan a haber más muertes y la razón detrás de ellas y de la persona que las ejecuta no me convenció demasiado. Me resultó un poco tirado de los pelos. Eso sí, no me resultó predecible su resolución.
Por eso, en definitiva, no es una mala serie. Además, se ve rápido por ser corta y, como digo, tiene su enganche y misterio. Así que, para pasar el rato está bien. No es la gran serie de deducción ni el gran entretenimiento y tiene varias cosas criticables, pero safa.

Me gustó bastante y me la vi prácticamente de un tirón.
Curiosamente, vi la película en su momento y solo recordaba hasta la aparición de Medusa y quién robó el rayo, lo del medio es una especie de borrón. Pero maso menos sabía de qué trataba todo y me había gustado pero hasta ahí. La segunda película ni la vi, directamente.
Con la serie en cambio, me pasó otra cosa. Si bien al principio es bastante parecida a lo que recordaba de la adaptación anterior, me enganchó desde el principio y me gustó la forma en la que se va contando, la elección y las actuaciones de los actores, los detalles que se agregan. No puedo hablar de qué tan buena adaptación es porque no leí los libros aún, pero me gustaron mucho los personajes, la relación entre los tres protas principales, cómo van armando el vínculo entre ellos. Tuvo momentos, además, divertidos, con frases que me sacaron alguna que otra risita. No recuerdo cuáles, ahora, pero me entretuvieron.
En fin: una temporada que me gustó mucho. Recomendada para los que les gusta la fantasía y, en especial, la mitología griega. Además, si bien es para un público juvenil, es bastante apta para adultos también. Ya quiero ver lo que sigue.

Definitivamente esta temporada está mucho mejor que la primera. Ahora sí ya dejan de lado todo el drama adolescente (que sigue estando, obviamente, pero más en segundo plano) y le dan de lleno a la trama central de Puleng y la búsqueda de su hermana.
Se van descubriendo más cosas y la trama avanza bastante.
Habrá que ver cómo siguen la tercera, que ya el final de esta segunda nos anticipa bastante más intrigas por resolver.

Me llamó la atención la serie, en primer lugar, por ser de Sudáfrica. Está bueno ver contenido de lugares no tan habituales. Y tengo que decir que está bastante bien hecha en general: buen ritmo, buena ambientación.
Lo que, en lo personal, hace que se me vuelva algo pesada es que tiene demasiadas subtramas con melodrama adolescente y malentendidos y berrinches e histeriqueos y demás, que hacen que la trama central, lo más interesante de la serie (Puleng buscando la verdad sobre su hermana) quede bastante en segundo plano. Por lo menos durante gran parte de esta primera temporada.
Mejora hacia el final, donde se van haciendo más descubrimientos, y por lo poco que vi de la segunda, parece que eso sigue mejorando en gran parte. Habrá que ver cómo sigue.
Por ahora, sacando el drama adolescente, el misterio de la hermana pinta bien. Y por momentos me hace acordar mucho, el estilo, a Pretty Little Liars y a The Lying Game, en cuanto a lo enroscado de todo. Espero que no la estiren demasiado como en el primer caso.

En general, me gustó bastante. Tenía la esperanza de que cambiaran el final… pero bueno, esos no los cambian, aunque sean malos y nos rompan el corazón (a nosotros y a los personajes).
Más allá de eso, al leer el libro tenía muchas ganas de ver cómo iban a adaptar unas cuantas escenas y personajes inventados (como los Mulefa, los Galivespian, el Mundo de los Muertos) . Y si bien me alegró de que todos ellos estuvieran, como que me faltó algo. A los Gallivespian ni los nombran como tales… solo aparecen dos personitas chiquitas y con alas… en el libro volaban sobre libélulas de colores, y la verdad que tenía muchas ganas de verlas, pero bueno, supongo que las alas incluidas eran más prácticas de llevar a la pantalla. También, me dio pena que solo aparecieran dos y la mitad del tiempo que deberían (Salmakia y el Chevalier los re ayudan en la Tierra de los muertos... y acá Lyra y Will van solos). Los Mulefa están muy bien (admito que me había costado imaginármelos) y la zona previa a la tierra de los muertos también la esperaba más tétrica y triste, además de que las Muertes deberían de haber sido visibles para todos.
En general, es una buena temporada, con momentos muy interesantes y algunos diálogos y frases que me gustaron mucho más que en el libro.
También destaco especialmente al personaje de la señora Coulter que me pareció mucho mejor construido: le dan un poco más de protagonismo y de profundidad, se entienden sus acciones y se ve cómo todo lo que vive y descubre la va transformando y al final hasta la medio terminé queriendo. ¡Al monito también, me partió el alma! Ese me pareció un agregado muy interesante y no puedo creer que casi lloré en esa escena, es muy triste. Asriel también me pareció más creíble que en el libro, pero no tanto.
Lee Scorbsby… me gustó en el libro pero lo amé en la serie y me dieron ganas de llorar en todas sus despedidas. .
Hubo algunos cambios que no me gustaron, pero en general me pareció muy buena adaptación. Además en el tercer libro pasan tantas cosas que bastante hicieron para que pudiera entrar todo lo importante.
Lo único que me molestó mucho: ¿por qué Lyra no usa para nada el aletiometro (especialmente en el mundo de los muertos, donde debería preguntarle qué le va a pasar a los fantasmas) salvo en el final cuando ya casi pierde la habilidad de leerlo? Es como que se olvida de que lo tiene…
Dejando eso de lado, como adaptación cumplió muy bien. En cuanto a desenlace de la historia… bueno, es bastante pobre: promete mucho más de lo que da y es muy injusto y sin sentido el final, pero eso ya es culpa del libro. Todo eso pasa tal cual.