Crítica de Uncharted por JPQP

Uncharted es una de esas películas que tienes que ver sabiendo qué esperar o te va a decepcionar.

No he jugado a los juegos de Uncharted y conozco su historia por encima, así que no sé cómo de buena es como adaptación (aunque por lo que he leído, se plantea como una especie de precuela a los juegos), pero una adaptación debe sostenerse por sí misma, y eso implica ser buena incluso cambiando cosas de la obra de origen.

En este caso, el film, como película de aventuras, te da exactamente lo que podrías esperar; para bien y para mal. Tenemos muchas escenas de acción, diferentes localizaciones y un tesoro fantástico que solo sirve como McGuffin para mover la trama; por otra parte también tenemos los giros que se ven venir desde el comienzo y momentos tensos que no lo son tanto porque sabes que al menos el protagonista no va a morir.

De los personajes, aunque no veo mal a Holland como aventurero, se me hace complicado verle hacer de un personaje de veinticinco, por mucho que esa sea su edad real; no sé, tiene demasiado aspecto de adolescente, lo que para hacer de Peter Parker queda genial, pero aquí queda raro, porque encima su personaje y el de Walhberg se sueltan puyitas que tocan un poco este tema y realmente parece que Drake sea un adolescente que quiere hacer cosas de mayores.

Aunque algo que tengo que aplaudir de Holland es como ha logrado hacer de su estilo de acción uno ágil, que recuerda por momentos los movimientos de Spider-Man, haciendo de él un héroe de acción que se aleja del prototipo de Hollywood de héroe fuerte que aguanta las hostias como si fuera un muro, para hacerlo algo más como una versión occidental de Jackie Chan, con movimientos ágiles, usando elementos del entorno para luchar y añadiendo toques cómicos a la pelea.

El resto cumplen su rol cliché de este tipo de películas; el único que no entiendo es Santiago Moncada, porque nos lo plantean como el antagonista, cuando Jo tiene mucho más sentido porque tiene una historia con Drake y Sully (indirecta y directamente respectivamente); el problema es que al final sí es ella la antagonista principal cuando mata a Moncada, lo que me hace preguntarme «¿por qué existe ese personaje?» .

Sobre el uso de Barcelona como escenario, tengo sentimientos encontrados: en parte ver escenarios conocidos da una sensación de cercanía y reconocimiento que no es típica en un film de aventuras, pero por otra parte ver esos elementos típicos de esta clase de películas, de pasajes secretos, trampas y similares, en lugares que conozco, rompe un poco la suspensión de incredulidad. Y la elección musical para presentar Barcelona no podría ser más estereotípica con respecto la imagen que tienen en los EEUU de España.