Crítica de The Brutalist por BlackSwan
Redactada: 2025-03-01
The Brutalist es una película difícil de digerir. Pretenciosa, grandilocuente y con una estructura narrativa que empieza con fuerza pero termina perdiéndose en su propia confusión. Lo que arranca como un relato épico de inmigración y lucha por el sueño americano se convierte en un batiburrillo de escenas que a veces parecen insertadas al azar, como si el guion hubiese sido reescrito en mitad del rodaje sin rumbo fijo.
Adrien Brody está impecable en el papel principal, cargando con el peso de la historia con su presencia y talento. Su personaje es complejo, y el guion nunca deja claro si hay que empatizar con él o cuestionarlo. Felicity Jones, por otro lado, no termina de encajar en su papel. Hay algo en su presencia que no cuadra con la historia que intentan contar. Guy Pearce, como el enigmático y despiadado Harrison Van Buren, cumple pero sin llegar al nivel que algunos dicen. Su interpretación tiene momentos brillantes, pero a veces se siente demasiado calculada, como si supiera que está en una "gran película" y quisiera demostrarlo constantemente.
El mayor problema de la película es su desarrollo. La primera parte es prometedora, con una atmósfera que engancha y un planteamiento interesante. Pero cuando la historia se adentra en su segunda mitad, se vuelve errática. Hay escenas que parecen querer transmitir algo profundo, pero que en realidad no aportan nada. Los diálogos a veces son innecesariamente rebuscados, como si intentaran sonar filosóficos sin tener mucho que decir. Y luego está el epílogo, que simplemente deja más preguntas que respuestas, cerrando la película de manera torpe.
Eso sí, la ambientación y la música son de primer nivel. La dirección artística consigue plasmar a la perfección el estilo brutalista y la frialdad de la historia, y la banda sonora complementa bien la atmósfera opresiva. Pero al final, eso no es suficiente para salvar la experiencia.
Adrien Brody está impecable en el papel principal, cargando con el peso de la historia con su presencia y talento. Su personaje es complejo, y el guion nunca deja claro si hay que empatizar con él o cuestionarlo. Felicity Jones, por otro lado, no termina de encajar en su papel. Hay algo en su presencia que no cuadra con la historia que intentan contar. Guy Pearce, como el enigmático y despiadado Harrison Van Buren, cumple pero sin llegar al nivel que algunos dicen. Su interpretación tiene momentos brillantes, pero a veces se siente demasiado calculada, como si supiera que está en una "gran película" y quisiera demostrarlo constantemente.
El mayor problema de la película es su desarrollo. La primera parte es prometedora, con una atmósfera que engancha y un planteamiento interesante. Pero cuando la historia se adentra en su segunda mitad, se vuelve errática. Hay escenas que parecen querer transmitir algo profundo, pero que en realidad no aportan nada. Los diálogos a veces son innecesariamente rebuscados, como si intentaran sonar filosóficos sin tener mucho que decir. Y luego está el epílogo, que simplemente deja más preguntas que respuestas, cerrando la película de manera torpe.
Eso sí, la ambientación y la música son de primer nivel. La dirección artística consigue plasmar a la perfección el estilo brutalista y la frialdad de la historia, y la banda sonora complementa bien la atmósfera opresiva. Pero al final, eso no es suficiente para salvar la experiencia.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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