Crítica de No respires por gjulo

El uruguayo Fede Álvarez se dio a conocer dirigiendo un nervioso y bastante eficaz remake de "Evil Dead" (incluso sin alcanzar el garbo y la ostentación de la película original, ¡seguía siendo una buena película¡). Para su segundo largometraje, vuelve hoy a abordar el apreciado género de la invasión de hogares, "No respires" sigue a tres jóvenes que quieren abandonar el pueblo en el que se están pudriendo y que cometen robos para conseguirlo. Deciden llevar a cabo su plan tras un último trabajo aparentemente fácil: robar a un pobre ciego que ha recibido una gran suma de dinero tras la muerte de su hijo en un accidente de coche... Contrariamente a lo que el tráiler y los numerosos artículos sobre ella podían sugerir, "No respires" no es una película de terror, sino más bien un thriller bien engrasado: al igual que hizo Sam Raimi con su "Evil Dead" (y ahora entendemos mejor por qué Sam le confió las riendas del remake), Álvarez consigue trascender una historia a puerta cerrada bastante simplista gracias a su audacia y a su genio visual. Consigue sumergirnos en una atmósfera muy tensa sólo a través de su virtuosa dirección, que recuerda a la de "La habitación del pánico" de David Fincher, como demuestra un increíble plano secuencia cuando los jóvenes entran en la casa. Toda la producción está llena de ingenio, cada plano está depurado hasta la iluminación y el control de la luz como la escena que transcurre en la más absoluta oscuridad. Pero la otra gran fuerza de "No respires" es que propone una cierta neutralidad en su guión: si toma partido por los jóvenes explicando su deseo de autorrealización, nunca intenta convencernos de que sus actos están justificados (al contrario, se insiste en que cometen crímenes). Del mismo modo, si la víctima de los jóvenes es retratada como un pobre ciego con una mente perturbada (¿no es un padre que perdió a su hijo en una terrible tragedia cuyas repercusiones psicológicas sigue sufriendo hoy en día?), entonces se nos revela hasta el paroxismo qué clase de monstruo es en realidad. Al final, la película nunca toma partido, ¡incluso hasta su giro final! Si tuviéramos que hablar de algo molesto, tendríamos que detenernos en el reparto: sólo hay cuatro protagonistas y, si excluimos a Stephen Lang, que está absolutamente fabuloso como espeluznante ciego, no podemos decir que los demás sean inolvidables. Jane Levy apenas consigue ser convincente, sobre todo por la relativa inexpresividad de su rostro, la interpretación de Dylan Minnette es más bien anecdótica, mientras que Daniel Zovatto es rápidamente olvidado. Es una locura el poco carisma que consiguen desprender los tres en comparación con Lang, que irradia terror. No respires" es por tanto una agradable sorpresa: llevada por una dirección extremadamente magistral, la película nos atrapa en una atmósfera asfixiante.