Crítica de Kinds of Kindness por Sandris

El bueno de Yorgos Lanthimos, al que últimamente le ha dado por sacar películas como panes, nos sorprende en esta ocasión con un tríptico al estilo de ‘El jardín de las delicias’ del Bosco. Su nuevo filme asentado sobre tres historias totalmente independientes las unas de las otras, me ha traído constantemente este cuadro a la cabeza ya no sólo por su formato sino por su temática. Al igual que el pintor neerlandés, el cineasta griego recoge los temas predilectos de su filmografía y los reúne aquí, como si se tratase de un mapa que se puede abrir y cerrar sin que nada cambie, da igual por donde lo mires, el orden es el caos. La religión, la moralidad, el amor obsesivo, la purificación del alma, el bizarrismo casi cómico, la violencia, la codicia, el doppelgänger, la redención y la corrupción del ser humano, el sexo despojado de pasión… Todos son temas recurrentes en sus cintas anteriores, desde ‘Alps’, ‘Canino’, pasando por ‘The Lobster’, ‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ o ‘La favorita’ hasta la laureadísima ‘Poor things’. Y es que no fueron pocos los que acusaron al director de haber vendido su alma extraña al mercado hollywoodiense con su última producción, pero con ‘Kinds of Kindness’ vuelve a dejar claro que su papel en el cine es incomodar, sorprender y provocar emociones virulentas en sus espectadores.

Creo que, para favorecer la inmersión total en la cinta, cuanto menos se sepa mejor. Apenas había leído nada sobre ella antes de darle al play y, seguramente eso haya jugado muy a su favor, porque aunque es cierto que se trata de una notable exhibición de talento tanto por parte de su dios creador como de sus agentes operantes (Emma Stone, Jesse Plemons, Margaret Qualley y Willem Dafoe), no deja de ser una película que recoge un batiburrillo mental altamente personal que seguramente deje indiferente a muchos.

Hay veces en las que el arte mira al cine y este le devuelve la mirada.