Redactada: 2020-11-15
Qué adorable el erizo, dan ganas de achucharlo y no soltarlo o darle la manita para acompañarlo todo el camino.

La historia recuerda un poco a la de Caperucita, salvo que en lugar de una niña con capa roja es un erizo, en lugar de ir a ver a su abuelita va a visitar a su amigo el oso, y no se pierde en el bosque donde hay un lobo, sino en la niebla donde hay otros posibles peligros.

Por momentos incluso sientes el miedo del pobre erizo, sobre todo en un punto concreto donde hasta la música te mete la tensión en el cuerpo y no te deja en paz. Supongo que en realidad todo es una metáfora, sobre lo desconocido, la soledad, los miedos, e incluso que no todo lo que vemos tiene por qué ser malo, como cuando está en el río y le ayudan.

Una historia bonita que se entiende incluso sin narración, dejándose llevar sólo por las imágenes, y que se hace corta, no sólo porque se ve volando por su duración, sino porque yo habría visto otro rato más de aventuras en la niebla, o el regreso a casa, ya más valiente y confiado, tal vez.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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