Crítica de El viaje a París de la señora Harris por gjulo

Está dirigida por Anthony Fabian. Es una adaptación de la novela de Paul Gallico El viaje a París de la señora Harris publicada por primera vez en 1958. Forma parte de una serie de cuatro libros. El guión fue escrito por Keith Thompson, Olivia Hetreed y Carroll Cartwright. La película es una especie de homenaje a Dior y, por extensión, al estilo francés, que también tiene su parte de clichés. Así, sonreímos ante la llamada huelga de basureros parisinos, mientras nos quedamos embobados ante las imágenes del París turístico. Pero lo más embarazoso de todo esto es que nada, o no mucho, es realmente cierto en todo lo que aprendemos sobre Dior. La historia transcurre en 1957, el apogeo de la marca, que ya tenía sucursales en todo el mundo, que ya vestía a las estrellas de Hollywood, y además fue también el año de la muerte del diseñador. La película cuenta una historia casi opuesta. Esta comedia romántica nos llevará entre Londres y París. Una época muy bien reproducida. Es muy agradable pasear por las ciudades de esta época. Los decorados y el vestuario son estupendos. Han sido creados por la oscarizada Jenny Beavan. Por otro lado, la mezcla francés-inglés no siempre funciona. El cambio de una lengua a otra en medio de una explicación es desconcertante. Sin embargo, Lesley Manville es tan chispeante como puede serlo y encarna maravillosamente a esta señora de la limpieza que quiere regalarse un sueño supuestamente inalcanzable. La británica está sublime en su personaje. Su lado benévolo le sienta de maravilla. Los franceses son desgraciadamente como París, demasiado caricaturescos, Isabelle Huppert y Lambert Wilson. Sus papeles son opuestos, pero cada uno aportará el "toque francés" a su manera. La portuguesa Alba Baptista aporta una dosis de dulzura como modelo de Dior. Aunque menos presente, Jason Isaacs interpreta cada papel al máximo y permite que su personaje sea recordado. Además, a la película le habría venido bien ser 10-15 minutos más corta, la parte del vestido es demasiado larga y poco interesante. Una pequeña comedia torpe pero con suficiente encanto y gracia, e incluso fantasía, para pasar un buen rato con una sonrisa.