Redactada: 2023-09-15
Sin ninguna duda, estamos ante una segunda parte que supera a la primera. Una película de aventuras espectacular.

El inicio de La desolación de Smaug va directo al grano, tras un breve prólogo que nos recuerda qué fue lo último que ocurrió (el enfrentamiento con el pálido orco, Azoq, y la huida con las águilas), la compañía de enanos desembocan en el temible Bosque Negro.

Peter Jackson sabe perfectamente lo que esperan sus espectadores y no nos defrauda, al contrario, nos deja con la miel en los labios. Ofrece acción, humor, mucha aventura y pequeñas dosis de amor. Hay que destacar el intento de dar más protagonismo a cada uno de los enanos, así conocemos las líneas sanguíneas que los unen con personajes de ESDLA.

El reparto, como era de esperar, sigue siendo estupendo. Martin Freeman ha mejorado notablemente desde la anterior entrega, se le ve mucho más a gusto con el personaje.
Tiene mucha más participación el enano Kili (Aidan Turner) y la elfa Tauriel (Evangelina Lilly) gracias a su espontáneo, y algo forzado, romance. Tauriel, a pesar de ser el único personaje inventado por Jackson, encaja a la perfección en la trama y se enlazan historias que no habríamos conocido jamás si no fuera por ella.
En cambio, Orlando Bloom pasa bastante desapercibido. La aparición de Legolas se anunció a bombo y platillo, pero luego no ha tenido tanto protagonismo. Lo que sí noté es la diferencia de carácter: mientras que en ESDLA es un hombre hecho y derecho, aquí encontramos a un chaval que cree a pies juntillas todo lo que dice papá, un crío que se ofende y se pica con mucha facilidad. Esa faceta tan dispar me gustó muchísimo.
Las secuencias de Gandalf (Ian McKellen) adentrándose en las ruinas de Dol Guldur y su enfrentamiento con el Nigromante encantan a los fans de El señor de los anillos, pues se crea un puente entre las dos historias. Me quedé con las ganas de saber más acerca de esas secuencias.

A propósito, hubo varios comentarios que me molestaron sobre este tema. Muchos han dicho que estas escenas son "relleno para estirar el chicle", cuando en realidad son textos del propio Tolkien que podemos encontrar en los Apéndices, que no llegó a meter en El Hobbit porque lo había escrito para sus hijos y no creía conveniente que unos niños se asustaran con fantasmas y nigromantes, pero la idea SÍ estaba. Me pone de los nervios que la gente hable y critique sin molestarse en buscar un poco de información.

Por último, me queda hablar de Smaug. Creía que su aparición sería igual de breve que Gollum (quién me encantó), pero me equivocaba; el dragón es el plato fuerte. Al fin lo vemos en toda su envergadura, no sólo destaca por su imponente tamaño, sino por su personalidad. Sus escenas son una mezcla de conversación teatral y muestra de poder. Smaug es un gran villano: calculador, rápido, listo, fuerte y con una gran ambición.
Está claro que el dragón subestima al pequeño grupo de enanos y juega con ellos, no es que sea estúpido (como he leído por ahí), si quisiera fulminarlos lo harí. No hay más que ver cómo se ríe a medida que se desarrolla su conversación con Bilbo...
No quiero revelar muchos detalles, pero me quedo corta al decir que los efectos especiales son alucinantes.

Merece una atención especial la magnífica escena de los barriles. Por no hablar de los impresionantes escenarios nuevos y enfrentamientos mucho mayores que en la anterior película.

Obviamente, a los que nos gusta ESDLA y El Hobbit no nos aburriremos en ningún momento porque, a pesar de los 160 minutos, la película no se hace larga. El final es sorprendente y nos deja con los dientes largos para conocer el desenlace de esta increíble trilogía.

Saludos ;)
Guion
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