Redactada: 2024-09-17
Las adaptaciones literarias al cine siempre conllevan riesgos, pero más todavía si se adapta un libro tan visceral y complejo como ‘El consentimiento’, de Vanessa Springora. La propia autora participa en el guion y asesora a la cineasta Vanessa Filho en la recreación que supone su vida, pero aún con eso, me he sentido bastante distanciada de la historia. Seguramente se debe a la excesiva reproducción en pantalla de los abusos sexuales, el blanqueamiento de personajes como la madre de Vanessa o el ritmo errático que acusa constantemente la obra.
La trama nos sitúa en el París de 1985, cuando la joven Vanessa tiene tan sólo trece años. Gabriel Matzneff, uno de los escritores más laureados de la élite cultural parisina que en ese entonces gobernaba el mundo editorial, pone sus ojos en ella, la seduce y la convierte en su “amante”. Utilizo esta palabra por no utilizar algo más fuerte. Frente a familiares, conocidos y compañeros de profesión, este señor de 50 años se pasea de la mano de una niña, exhibiéndola como su nueva relación amorosa sin que nadie vea nada de malo. Sin que nadie le pare los pies a este desgraciado. Sin nadie que la protegiese, Vanessa creció creyendo que consintió esa relación, víctima de la manipulación constante y los abusos a los que se vio sometida. Incluso en un debate televisado en la televisión pública francesa, Gabriel Matzneff presumía de su preferencia por los niños y niñas o alardeaba de sus viajes de placer a Manila. Tan sólo una mujer puso la voz en grito en esa entrevista, que evidentemente aparece en la película. La excusa de muchos fue que “por aquellos años, la literatura era más importante que la moral”, lucimiento máximo. Cuando Vanessa Springora observa cómo su verdugo está a punto de obtener un prestigioso premio literario gracias a la literatura en la que relata sus abusos, decide escribir ‘El consentimiento’. Tiro al blanco, diana y se acabó. Al menos consiguió que el mundo conociese a este monstruo y se liberó de la cárcel que suponía la culpa autoimpuesta.

La cinta le hace un flavo favor a semejante historia, cayendo de forma sistemática hasta el punto de la náusea en la revictimización, la hipersexualización de la adolescente y la escabrosidad presente en todo cuanto se mire. Es una historia escabrosa y no hay que edulcorarla, pero se han pasado de largo con las escenas explícitas. Merece la pena verla para conocer una historia que parece de cuento de terror, pero al mismo tiempo es víctima de su propia denuncia a la hora de revictimizar una y otra vez a Vanessa a través de su cuerpo.

Ya va siendo hora de que la vergüenza cambie de bando.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Fotografía
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Dirección
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Valoraciones en tu crítica:

Comentarios

PTG 111
Comentario de gjulo hace 12 meses
Yo con el libro si llegué a conectar, pero la película… he leído críticas a favor y en contra. Tu critica viene a confirmar lo que me había imaginado… que me gustaría más el libro.
PTG 111
Comentario de Sandris hace 12 meses
@gjulo

El libro es increíble, durísimo pero increíble. En cambio la película se recrea demasiado en lo escabroso y explícito de la situación, para mí vaya. Seguramente otra persona conecte más, pero no ha sido mi caso.
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