Crítica de Dune: Parte dos por Patitodo

Dune es para mi una saga literaria muy importante. Me he leído todo lo publicado, muchas veces, y es imposible del todo disociar mi opinión de la película de la influencia que sobre mi tiene la comparación con el material original.

Siguiendo con los antecedentes, soy uno de esos a los que Dune 1 le dejó un regusto amargo en su día. Sus virtudes evidentes son eso, evidentes. La fotografía es excelente, el diseño de producción es magnífico y el equipo actoral hace un trabajo espléndido. Sin embargo para mi tiene varios peros importantes (ya los escribiré algún día). Y es un tanto raro porque también soy de esos a los que la versión de Lynch. que también cambia un montón de cosas y tiene un montón de defectos, sí que les gustó.


Llegando a Dune 2 no sabía que esperar. Tenía muchas ganas pero también un genuino miedo con volver a decepcionarme. ¿Y cuál ha sido el resultado? Vamos con ello.


Sigue habiendo algunos problemas, aunque el más importante para mi, de largo, ya no existe e incluso se ha transformado en virtud. Paul Atreides ya no es el trasunto del espectador al que le tienen que explicar como funciona su propio mundo (quedando como imbécil en varias ocasiones), ahora es lo que tiene que ser. Con esa carita que tiene Chalamet consigue transmitir toda la determinación que el personaje necesita. Cuando pone la boca pequeña y mira sabes que se han acabado las chiquillerías.

Por seguir con los problemitas, sigue habiendo incoherencias fruto de decisiones creativas raras, como introducir los láseres haciendo que toda la escena del ataque a la cosechadora sea muy poco comprensible. O momentos un tanto absurdos como "buceadores de la arena" infiltrándose a pocos metros de sus objetivos en la batalla final sin ningún sentido. No son cosas muy importantes.

Tampoco me ha parecido demasiado importante (para mi sorpresa) los cambios considerables que han sufrido algunos personajes como Chani o Alía. Le dan una dimensión ligeramente distinta a la historia pero tanto ellas como otros funcionan bien en su encarnación fílmica. De los que ya estaban me gustan todos más que en la primera, especialmente Paul y Jessica, problemas entonces, virtudes ahora.

Más importante me parece la supresión de algunos elementos esenciales del lore, especialmente la Cofradía, que considero que hacen complicado de entender ciertos aspectos de la historia. No queda del todo bien dibujada la política imperial y las motivaciones y consecuencias de algunas decisiones no son del todo coherentes con lo mostrado en la peli. En este sentido me parece muy interesante revisar las primeras escenas de la versión de Lynch y ver la importancia absoluta que tienen allí (como en los libros) y lo raro que resulta en contraste con su inexistencia aquí. Lo mismo ocurre con las armas nucleares, no se si un espectador que no haya leído el libro entenderá por qué esto aparece de la nada y por qué no están liándose a misilazos desde el principio.


Pero vamos con lo bueno que esta vez supera y con mucho a estos problemillas. Además de potenciar las virtudes de la primera con un estilo visual absolutamente espectacular y además con registros muy distintos (los contrastes de entre Arrakis y Geidi Prime son salvajes por ejemplo), aquí la interpretación es gloriosa. La forma de expresar con miradas, muecas, gestos, expresión corporal... de todos y cada uno de los personajes relevantes es sencillamente perfecta. Seguro que a muchos les parecerá exagerado, pero el primer beso me ha parecido de los mejores que he visto nunca, siendo como son escenas complicadas en las que es fácil caer en lo ridículo.

Y podría pasarme un rato nombrando escenas, la doma del gusano, los juegos en Geidi Prime, la muerte del Barón, el duelo final, Chani e Irulán frente a frente... Son muchas, muchas, por las que pagar una entrada. Muchas, muchas, que recordar.



Esta película me ha dejado un regusto similar (salvando las distancias) a las de El Señor de los Anillos. Sí, veo sus problemas, sí, me cuesta desligarme del todo de los libros, sí, no entiendo el motivo de algunas decisiones... pero las virtudes son tan atronadoras que, esta vez sí, opacan por completo los defectos.

Viva el cine.