Crítica de Descansar en paz por Gwen

Planteo que atrapa, pero con una mala ejecución de la trama y el desenlace.
A ver, la historia arranca dentro de todo interesante: ambientada en el 94, Sergio representa el drama económico que vivieron muchos dueños de pequeñas empresas durante esa época. Las deudas lo tapan, no le puede pagar a sus empleados, está a punto de quebrar su negocio y un prestamista lo tiene amenazado. Ese es el pie inicial, que me resultó bastante angustiante debido a la economía actual del país, pero dejemos eso de lado porque el resto de la película no va por ahí.
El primer giro viene cuando Sergio va a la oficina del prestamista a darle lo poco que consiguió juntar y cierto suceso trágico para el país no le permite llegar. Explota la AMIA (un centro de la comunidad judía)). Pero la trama tampoco va a tocar ese tema, por eso no lo considero un spoiler. Y aclaro que nombro estas dos cosas porque hubiera sido más interesante que la trama se metiera en alguno de esos temas (lo económico o el atentado), pero solo los roza y los usa de excusa para el resto.
Y es que a partir de ahí se empiezan a dar ciertos giros que, en lo personal, me resultaron muy flojos. Con un ritmo lento y pausado, que más que darme intriga me aburrió un poco, bastante, no logré entender a dónde me quería llevar la historia ni tampoco qué era lo que quería contar. Porque el giro final me resultó abrupto y totalmente sin sentido. Entiendo la postura de Sergio y sus decisiones, pero la resolución me pareció muy insulsa.
Lo que salva a la película es el trío principal de actores: Furriel (Sergio) y Gabriel Goity (el prestamista), que se lucen en sus papeles, y Siciliani (Estela), que también está bastante bien. Lástima que tanto buen trabajo quede desaprovechado.
Con esto no digo que sea una mala película, solo que a mí no me gustó. Conozco, no obstante, gente que sí disfrutó viéndola. Así que, como siempre, sobre gustos… Dependerá de cada uno.