Érase una vez, hace mucho, mucho, tiempo, un lejano reino acechado por un temible monstruo. Érase una heroína legendaria, un legado milenario y un mundo en el que las apariencias engañan. Érase que se era una clásica historia de traiciones, intereses ocultos y actos de redención no especialmente innovadora en su premisa, pero sí increíblemente creativa en la construcción de un singular universo donde los castillos, las calles de piedra y los nobles caballeros de brillante armadura conviven con coches voladores, teléfonos móviles y armas hipertecnificadas. Un fascinante juego de contrastes de enorme originalidad, gran colorido y deslumbrante estética cybermedieval en el que Ballister Boldheart, un aspirante a caballero acusado de un crimen que no cometió, buscará restaurar su honor con ayuda de la impulsiva Nimona, una joven cambiaformas con habilidades sobrenaturales. Explosiva fusión de elementos para una película que, pese a ser bastante conservadora en el plano argumental, nunca deja de arriesgar en todo lo que propone.

De hecho, la inclusión de temática LGTBI ya provocó, según parece, la cancelación de la producción por parte de Disney. Tuvo que ser Annapurna Pictures, con el apoyo de Netflix, quien rescatase el proyecto para que las viñetas de ND Stevenson, creador de la novela gráfica homónima, cobrasen vida y nos permitiesen disfrutar de las aventuras de Nimona. El camino no fue fácil y, de alguna forma, parece guardar ciertos paralelismos con el vía crucis personal de una protagonista en la que, más allá de la metafórica representación de la fluidez de género a través de su condición de cambiaformas, podremos ver reflejada toda la frustración que supone ser perseguido por aquello que eres. Película con mensaje, divertida y genialmente ambientada que, pese a no explotar del todo las posibilidades de su rico universo, se sigue situando como uno de los títulos de animación más sólidos del año y como un necesario relato que nos recuerda que los verdaderos monstruos, en ocasiones, tienen un aspecto mucho más humano del que los cuentos nos habían pintado.

- ¿Qué eres?
- Soy Nimona.

Comienza poniéndonos en situación sobre algo ocurrido hace nada menos que mil años, motivo por el que la ciudad es hoy como es, para entonces pasar al nombramiento de los nuevos caballeros, entre los que se encuentra Ballister, el protagonista, que está a punto de hacer historia. Pero le tienden una trampa, la reina muere y tiene que esconderse porque le acusan de un crimen que no ha cometido. Creyendo que es un villano y podrán hacer cosas muy malas juntos hace su aparición Nimona y se convierten en una pareja de lo más peculiar en busca de la verdad y de redención.

Tengo que decir que me he reído un montón con esta película y con las ocurrencias de Nimona, además de la cara de circunstancia constante de Ballister, y no es para menos. No tenía ninguna expectativa más allá de ver una película animada que suponía que sería entretenida, para pasar el rato, y la he disfrutado de principio a fin siguiendo las aventuras de esta extraña pareja. Cada transformación de Nimona me ha gustado, algunas me han hecho partirme de risa (aún estoy por los suelos con lo del unicornio rollizo) y otras soltar un "aww", como el gatito o el niño pequeño que se presenta ante el escudero y que luego es realmente turbio.

Me ha recordado a muchas cosas, sobre todo a El corredor del laberinto y más aún a Ataque a los titanes, por ese muro que construyeron para mantener a la ciudad a salvo y nadie sabe qué hay más allá, y esa aparición de Nimona al final, que casi parecía el titán colosal asomando por el muro, y también un poco a El monstruo marino, nominada el año pasado, por ese control del gobierno sobre la información y la caza de monstruos, aunque en realidad para eso no hace falta irse muy lejos, ni siquiera a la ficción. Sobre todo me ha encantado la reivindicación de Nimona, el hecho de no querer ningún tipo de etiqueta ni que le pregunten qué o quién es, es Nimona y punto, puede ser lo que le dé la real gana, como Barbie. Respecto a esa parte del pasado, que ya me venía oliendo lo que iba a pasar, se me ha quedado corta, estaría bien una precuela.

Me puedo imaginar por qué motivo rechazó Disney esta historia, y ahora se tienen que estar revolviendo al ver que ha sido nominada al Oscar y su película de este año ha recibido por todas partes. Y es que encima la sexualidad del protagonista no aporta nada, en el sentido de que ni siquiera gira la trama en torno a ello ni tiene la menor importancia, como para que alguien se pueda escandalizar de alguna manera. De hecho está tratada con tanta naturalidad que merece un aplauso, aunque bien podrían gustarle los unicornios y habría supuesto lo mismo.

Respecto a la animación, al principio me estaba chirriando un poco, pero me ha gustado, aunque por momentos también me recordaba a otras cosas, y la banda sonora es muy top. La ambientación es una maravilla, una mezcla entre medieval y futurista, con caballeros y coches voladores, y aunque la he visto doblada, saber que las voces las ponen Chloë Grace Moretz y Riz Ahmed le da categoría.

Lo que menos me ha gustado es que pone que dura 101 minutos y ni siquiera llega a los 85, todo lo demás son créditos, así que se me ha pasado volando y me he quedado con ganas de más. He pasado un muy buen rato, así que la recomiendo sin dudarlo, y lo mejor es que el final podría apuntar a posible secuela, y yo digo sí, por favor.

Cuando éramos pequeñas, Disney con sus inacabables tópicos, nos convenció de que todas queríamos ser princesas. Crecimos un poco y algunas ya queríamos ser como 'Xena, la princesa guerrera' y dar mamporros a cualquiera que se nos pusiera por delante. Afortunadamente, actualmente la animación ha dado un giro de 180° mostrando en pantalla todo tipo de arquetipos para que las niñas y los niños puedan sentirse representados en la forma que deseen. Y aquí entra 'Nimona', una película en la que los héroes están sobrevalorados porque todos sabemos que los que dan vidilla siempre son los villanos. Nimona se nos presenta como una adolescente normal y corriente, con su amor por el caos y la destrucción (todas pasamos esa etapa Nimona, te entendemos), hasta que descubrimos que es un metamorfo y puede adoptar cualquier forma que ella elija, para así liberarse en cierta forma de sí misma y de los prejuicios.
La trama nos sitúa en un reino con estética medieval ciberpunk, donde todos ansían ser caballeros que defiendan el honor, la lealtad y sobre todo, a su reina. Cuando el recién nombrado caballero Bannister Bravocorazón es acusado de un asesinato que él no cometió, Nimona se decidirá a ayudarle a encontrar al verdadero culpable y, de paso, a hacerle replantearse todo lo que él creía como cierto. Ambos afrontarán un viaje de autodescubrimiento en el que nada es lo que parece y, en el que a veces, lo más evidente es también lo que más se nos escapa a los ojos. Ambos comprenderán también que lo que más importa en este cruel mundo es sentirse comprendido y querido.

Una película fantástica que Disney echó al cubo de la basura, porque era demasiado moderna para una franquicia que sique apostando por los mismos prototipos desde los años 90; pero que por suerte fue rescatada para que podamos conocer a esta gran heroína que es Nimona.

Ball-domero es un caballero plumero y ha sido acusado de [alta traición].
Esto va de gladiadores moderno y leyendas mitológicas. Y de amor incondicional, todo muy actual aunque representado en forma de fantasía medieval retro futurista.
Y hay que recalcar que es un descarte de Disney que no quiso apostar por una historias a la que se le veían las costuras de transgénero adaptado. Y en ese terreno la casa del ratón pierde la lección. Y no acepta los nuevos tiempos, que pierde su estatus de gran aleccionadora infantil.
También es un coctel de critica social mezclado con el clásico cuento de rechazo mil veces representado. Pero sin el exceso de exposición del que siempre me quejo cuando se trata un tema denuncia.
Me ha gustado, raro, raro, raro..... Con lo que soy yo para con la animación.
Pero ha sabido conjugar atractivos referentes de mi limitado gusto por lo animado.
Veo a Ran-ma, Rompe Ralph, y unas pinceladas de los minions buscando villano favorito, que mezclados con la explosiva y punkarra Nimona me presentan una autentica historia de aventuras para embarcarme en su travesía aunque vea a donde me va a llevar el destino del caballero y su Sancho Panza particular ensartador de Quijotes..
Los monstruos también tenemos corazón, gracias ND Stevenson.
Y aprende Peables!!!!