El peor vecino del mundo no es una película que vaya a revolucionar el cine, ni nos sorprende ni intenta innovar en nada, sigue siendo un largometraje bien hecho que sienta bien. Es un momento dulce y agradable que ofrece suavemente una apreciable moraleja sobre la convivencia y el duelo y destila algunas notas de humor y buenos sentimientos (no demasiado cursis) durante más de dos horas. Este es quizá uno de los pequeños problemas que podemos reprochar a la película: es demasiado larga para lo que tiene que contar. Se le podría haber quitado fácilmente media hora sin que cambiara mucho su lectura, ni en su narración ni en su ritmo. De hecho, las numerosas secuencias en las que vemos a Otto, el protagonista, refunfuñando o maldiciendo a sus vecinos son ciertamente acertadas, pero son numerosas y unas pocas menos no habrían cambiado nada. "El peor vecino del mundo" también desarrolla bastantes subtramas, un poco como un piloto de televisión (que podría haber sido) y una o dos menos tampoco habrían molestado. Pero, paradójicamente, no aburre. Luego, este lado previsible podría cansar o desinteresar a algunos, pero si lo superas, pasas un buen rato. Tom Hanks sobresale en el papel de gruñón suicida y misántropo. Es agradable verle seguir interpretando personajes un poco menos simpáticos que antes, como en "Elvis" del año pasado. No se excede y nos divierte tanto como nos molesta. Los personajes secundarios son a veces un poco caricaturescos, pero esto sigue siendo razonable y disfrutamos siguiendo a todos estos personajes del barrio que gravitan alrededor de este hombre difícil. Entre humor acertado y ternura, "El peor vecino del mundo" nos regala un buen y bonito momento de cine a pesar de su estilo básico y clásico. Y no podemos negar que, emocionalmente, el final es ciertamente esperado, pero no por ello está menos logrado y nos arranca unas cuantas lágrimas. Y si Marc Forster nos ofrece un remake de una película noruega con una estética muy clásica, un tema así no requería necesariamente invenciones visuales locas de todos modos.

El peor vecino del mundo (A man called Otto) es una película dramática con tintes cómicos, protagonizada por Tom Hanks.

Otto es un hombre maduro, cascarrabias, estricto con las normas y cabezota que vive en una zona residencial tranquila, hasta que un día, una familia se muda cerca de su casa, siendo la mujer tan gritona y ruidosa como extrovertida, capaz de hacerle ver a Otto las cosas desde otro punto de vista.

Pues tenemos otra muy buena actuación de un Tom Hanks capaz de hacer disfrutable la interpretación de un hombre muy antipático, incapaz de decir las cosas con buenos modales, aunque debo decir, que yo tengo mejores formas, pero en muchas de las cosas que se queja a menudo pensaba como él. Iremos conociendo las manías de su personaje a la vez que vamos rascando un poco más en profundidad para descubrir qué hay detrás de ese carácter.

Entre la vecina y Otto, la película forja una relación que hace ameno algo que podría hacerse pesado, pero ambas interpretaciones son lo bastante atractivas como para entretener con cierta solvencia. Además, la película manda un mensaje contra los prejuicios, y a favor de tener consideración y empatizar con quien te estés relacionando. Quizá si alguien te habla mal, es porque no tiene un buen día ***contenido con spoilers***
***contenido con spoilers***

Dramedia disfrutona.

Lo primero de todo, no es una comedia.
Lo pone en todas partes, y no le he encontrado el humor por ninguna parte.

Estamos ante un drama, y puede suponer un problema si ibas buscando reírte porque no lo harás, pero encontrarás otra cosa, mucho más profunda, más visceral, y que compensará tu tiempo invertido mucho más que con la comedia que esperabas.

El cascarrabias no nace, se hace, y si hay una fuerza que mueva al mundo, que ponga a funcionar al ser humano, esa es el amor.
Lo vemos en los flashbacks que nos cuentan la historia de Otto y Sonya, preciosa y triste, conmovedora sin duda, ponerla a la altura de los primeros minutos de Up sería demasiado, pero no creo que esté tan lejos.
Y lo vemos en un excepcional Tom Hanks en el Otto presente, entiendo este amor, como la pérdida del deseo por vivir cuando falta quien da sentido a esa vida.

Es triste, desgarradora en algunos momentos, pero es cine del que genera sensaciones y eso es lo que importa. Eso si, elige bien el momento de verla, si llevas ya algo de tristeza en la mochila, puede suponerte un trago.

Me ha molestado ver que es una reedición americanizada de una película sueca idéntica. Últimamente está práctica se está dando mucho, y estaría bien que se indicara, para los que valoramos mucho la idea original ir directos a ella.

Ya sea está, o la original "Me llamo Ove" recomendadas.

La senectud de Tom Hanks aplicada al personaje del filme. Hanks, que ocuparía un lugar preeminente en un supuesto listado de actores más distinguidos de Hollywood, interpretando esta comedia dramática con su demostrada eficacia, y al que su director extrae, poco a poco, la extremada humanidad subyacente de 'El peor vecino del mundo' en una exclusiva comunidad vecinal.

Nueva versión (cómo odio pronunciar 'remake') de "Un hombre llamado Ove", casi idéntica a esta, -ver comentario de la misma, si se desea-, que a mí me ha gustado más, aunque sin desmerecer a la primera. Película de ELEVADA sensibilidad. .5️⃣/5. ··PICARD··