Críticas de Mad Max 2: El guerrero de la carretera

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Tras el holocausto nuclear, la gasolina se ha convertido en un bien escaso y muy codiciado. Mad Max, héroe solitario, inicia una lucha sin cuartel para ayudar a una colonia de supervivientes constantemente atacada por un grupo de violentos guerreros que intenta arrebatarle un tanque de gasolina. Max decide ayudar a los defensores del tanque utilizando un enorme camión como trampa. La banda de guerreros persigue al camión, pensando que transporta miles de litros de gasolina.

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Mad Max 2: El guerrero de la carretera

8 / 10
Esto si que es subir el nivel de la saga, creo que han mejorado aspectos gracias al presupuesto, y también que eligen mejor el estilo que quieren que predomine, la acción.

El terror de la primera lo han cambiado por mas acción y violencia, y la introducción inicial (crema) nos pone en antecedentes, y esto lo eché en falta en la primera entrega, una explicación de como se había llegado a esa situación, aquí es magistral.
El argumento continúa en un segundo plano, pero la estética y la acción real lo suplen todo, no hacen falta efectos especiales, lo que has visto es un accidente o una explosión, y lo han grabado, punto.
Los personajes también han sufrido una evolución, el conocido y los nuevos, dando cuenta de que ha pasado el tiempo desde el inicio de la saga, las cosas han cambiado.
Y los nuevos son geniales, desde el perro que acompaña a Max (cuando ni se inmuta por el conejo) hasta el brutal Humungus, precursor del tunning y de los altavoces en el carro.

Lo que mas me ha sorprendido es la estética, había visto Fury Road antes de empezar con la saga por el boom que había tenido, y me habían encantado las escenas de acción y la estética, pero todo lo que me gustó ya estaban aquí antes, y eso le otorga mérito a esta gran película. Bravo.

Valoraciones en tu crítica:

8.5 / 10
Mad Max 2. El Guerrero de la Carretera . La secuela de la primera, o el comienzo de la travesía...

"Mi vida se apaga... mi vista se oscurece... sólo me quedan recuerdos. Recuerdos que evocan el pasado. Una época de caos, de sueños frustrados, éste páramo. Pero sobre todo, recuerdo al Guerrero de la Carretera, al hombre que llamábamos Max ............. el Guerrero Max... que con el tremendo rugido de una máquina lo perdió todo...."

Puede que parezca exagerado, pero la Intro narrada de esta película, es de mis favoritas de siempre, y a mi me deja impactado desde el comienzo. Luego al empezar, para quien adore el V8 decimos un gran NOOOOOO, cuando le hacen dar todas esas vueltas de campana....snifff .

Reconozco que, de la hasta hace poco trilogía (ahora tetralogía...), la segunda me gustaba, pero tal vez haya sido la que me costara más históricamente de las tres. En ese sentido fui al revés, viendo la tercera, como buen espectáculo ochentero familiar, luego la primera, cruda y salvaje, y después la segunda. Con el tiempo, posiblemente, creo que esta es la que mantiene un mejor equilibrio general, y la que se ha mantenido mejor con el paso del tiempo, entre la dureza de la situación distópica, la acción artesanal llevada a una extensión masiva de gran terreno y una espectacularidad incipiente de esos comienzos de los años 80, que posteriormente se explotaría en su vertiente más feliz y familiar.

Socialmente, se ve la evolución caótica del remanente de la civilización, ya no se ven pequeñas ciudades presuntamente...tranquilas. Hay más falta de suministros, se recrudece la ferocidad en la lucha por el combustible y el no respeto por el próximo por el disfrute inmediato, sean personas o utensilios. Todo tamizado claro, por el espíritu de supervivencia de nuestro protagonista Max, que aunque tenga que ser duro, conserva ese sentido de caballero andante, aunque no inocente, ya que mira por si mismo sin fiarse de nadie. Los malos conservan esa parte aparentemente histriónica de la primera, pero más desagradable y peligrosa, dando un grado mayor de realismo y sensación de dificultad en esos momentos de peleas y persecuciones.

La música de Brian May realza los diferentes momentos de tensión del film (Brian May, compositor australiano, no confundir con el guitarrista de Queen, como yo creí en su momento).

Muchos clones se hicieron de Mad Max, pero no lograron juntar esos ingredientes de la misma forma y con el mismo resultado. En ésta tenemos acción, tenemos ese enlace con un cine más familiar de aventuras con más personajes, con su contrapunto humorístico que en la primera era solamente en sus inicios, pero con detalles todavía crudos heredados de aquella.

Sigamos en la travesía entonces......

Valoraciones en tu crítica:

8 / 10
Secuela de Mad Max que nos muestra a nuestro personaje, convertido ahora en un nómada solitario atormentado por los eventos de la primera parte, luchando contra una banda de delincuentes para salvar a un pequeño asentamiento.

Tenemos otra vez la figura del antihéroe, quiere salvar su propio pellejo pero no puede evitar no ayudar a los civiles y sacar el policía que lleva dentro.

Maravillosa al igual que la primera.

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6 / 10
De la trilogía de la década de los ochenta, sin ninguna duda ésta es la mejor de ellas, donde la acción está desde el principio hasta el final del largometraje, con un gran ritmo en todo momento, no se producen esos momentos soporíferos de la primera entrega, aquí la adrenalina aparece a borbotones con esas secuencias espectaculares de persecución de vehículos "tuneados" de aquella manera, para hacerlos máquinas útiles para matar, porque en este mundo apocalíptico sin leyes, la única ley es sobrevivir.

El protagonista de esta historia de violencia y sin escrúpulos entre los protagonistas sigue siendo Max Rockatansky, un hombre atormentado por los sucesos de su pasado, un personaje interpretado por un Mel Gibson con más tablas en la gran pantalla.

La historia no es especialmente elaborada, es de estas películas que te sientas y te dejas llevar por su ritmo frenético de acción, los personajes tampoco tienen una evolución evidente pero son tan peculiares y bizarros que te dejarán en muchos momentos los ojos pegados a la pantalla viendo las fechorías de cada uno.

Acción, violencia extrema, olor a gasolina mezclada con el polvo del desierto y mucha sensación de velocidad en esas imposibles escenas de persecuciones, sin ninguna duda una película que es de la que ves para no pensar en su desarrollo.

Mucho mejor que su antecesora, merece la pena verla donde la ambientación y las escenas de acción sin duda es lo mejor de este largometraje que para muchos ya es una película de culto.

Valoraciones en tu crítica:

7.5 / 10
No fue la primera entrega de la saga ni sería la última, pero, para muchos —entre los que me incluyo—, 'Mad Max 2: The Road Warrior' siempre será el título más especial de la icónica franquicia. La verdadera génesis de Mad Max. El germen de ese vasto y desolador universo con el que George Miller, artífice de tan salvaje espectáculo, daba rienda suelta a los más primitivos instintos de sus personajes. A los vehículos modificados. A las persecuciones imposibles. Al inconfundible sabor a gasolina, polvo y metal. La secuela que redujo a su predecesora a una mera introducción, redefinió la estética del género postapocalíptico y consagró definitivamente la figura de Max Rockatansky, ese antihéroe solitario cuya principal motivación, impulsada en buena parte por su trágico pasado, parecía ser la de hacer valer su particular sentido de la justicia en el nuevo orden mundial. Ya no había normas, leyes ni códigos morales; tan solo caos y destrucción. Era el colapso de la sociedad y, al mismo tiempo, el origen de una nueva forma de entender el cine de acción.

Miller, expandiendo así su propia creación, tomaba esa obra de culto instantánea que fue 'Mad Max' para llevarla a un nuevo nivel de locura y desenfreno. A una producción más grande, más ambiciosa y, desde luego, mucho más bestia. La irrevocable culminación de la violencia más primigenia cristalizada en una película cuya escasez de diálogos, lejos de ser algo negativo, no era sino el reflejo de esa nueva realidad regida por la ancestral ley del más fuerte. Ni la historia ni sus personajes tenían profundidad alguna, pero tampoco importaba. El desierto era el único escenario y someter a tu enemigo, por el medio que fuese, el objetivo final. La lucha por la supervivencia ejemplificada en un brutal neowestern con el que George Miller, en un alarde de cómo rodar escenas de acción sin hacer uso de CGI, nos invitaba a hora y media de pura adrenalina en vena en forma de sangre, violencia y vertiginosas carreras por los extensos y polvorientos parajes del outback australiano. El guerrero de la carretera había nacido y, con él, un legado para el recuerdo.

Valoraciones en tu crítica:

0 10 7.1 240