Estimados clientes, ¡nos complace comunicarles que "Fantasy Island" vuelve a abrir sus puertas al público! Como en el espectáculo que nos hizo triunfar en televisión durante siete temporadas en los años 70 y 80, les invito a un lugar paradisíaco donde todos sus deseos más reprimidos pueden hacerse realidad, ¡para bien o, sobre todo, para mal! En efecto, los nuevos promotores de Blumhouse y Jeff Wadlow (ya responsable de la infame "Verdad o reto") han optado por una dimensión terrorífica para desempolvar el argumento de venta y atraer a una clientela joven ávida de emociones fáciles.
Antes de que el establecimiento abriera sus puertas al público, al misterioso propietario del local, el señor Roarke (interpretado ahora por un Michael Peña cargado de levadura), se le ocurrió la idea de realizar una fase de prueba de las propiedades de la isla con un puñado de idiotas aquejados todos ellos de un insípido trauma que necesitaba cura. Ya sea arrepentimiento por una oportunidad perdida de ser feliz, deseo de venganza, falta de papá o simplemente una buena oportunidad para divertirse, el Sr. Roarke va a ofrecer a todos sus invitados los medios para satisfacer sus fantasías antes de que todo se desmadre por alguna oscura razón...
Reconozcámoslo, en la primera parte de la película hubo algunos problemas técnicos importantes debidos a la flagrante incompetencia de Jeff Wadlow, incapaz de crear la más mínima atmósfera a partir de un concepto tan enigmático como no fuera a través de unos jumpcares espantosamente flojos. Por decirlo suavemente, todo el principio de la historia es una especie de competición entre las experiencias de los distintos protagonistas, ninguna de las cuales es ni remotamente emocionante o excitante. Dicho esto, dada la estupidez de los personajes y la cruel falta de originalidad de sus pequeños problemas a curar, no deberíamos haber esperado nada más, sobre todo porque todo empieza a parecer una especie de amontonamiento aleatorio de situaciones muy inesperadas y Jeff Wadlow no tiene claramente ninguna intención de trascenderlas con su presencia fantasmal detrás de la cámara. De hecho, ya circulan rumores de que la realización de este largometraje fue un pretexto para unas vacaciones con todos los gastos pagados para él y su reparto... El departamento de marketing de la isla y yo no podemos confirmar ni desmentir estas sospechas.
No obstante, tendrá que admitir que hemos intentado ser un poco astutos en la segunda mitad de la película, tratando de construir un panorama con potencial en el que quizá no hubieras pensado dada la mediocridad de lo que venía antes. Esperamos que al menos aprecien el gesto, porque después sólo nos queda pedirles disculpas por haberla liado en proporciones absolutamente demenciales. Como tal vez habíamos subestimado los defectos neuronales de nuestros héroes, el aura de pobreza escritural que les rodeaba o la falta de talento de Wadlow para provocar siquiera un sobresalto, quisimos echar el freno a casi la única buena idea que podíamos salvar de este desaguisado. Y nos equivocamos, reconozcámoslo, porque nadie podrá defender semejante retahíla de giros perfectamente grotescos (a veces basta una línea para justificar mágicamente un comportamiento incoherente ante una revelación), que vuelven completamente risibles a los invitados e incluso a la mitología de esta “Fantasy Island”.
Les pedimos disculpas una vez más por esta primera prueba de la nueva versión de la isla, que ya está disponible en todas las pantallas, y que no refleja en absoluto la calidad de nuestros servicios. Notarán que hemos intentado complacerles recordándoles lo que nos hacía tan encantadores en el pasado. Puede parecer una maniobra desesperada (es, seamos sinceros, como poner a Maggie Q en estado de desnudez a la menor oportunidad de crear una distracción), pero esperamos que esta catastrófica experiencia no le quite las ganas de visitar la isla. Al fin y al cabo, sólo se trata de una prueba, y el hueco dejado al final puede hacernos pensar que las secuelas rectificarán la situación, con el objetivo de dar a conocer el idílico escenario y sus propiedades...

-Unos días después del estreno de la película-

Lamentamos anunciar que "Fantasy Island" cierra definitivamente sus puertas, tras un incendio de grandes proporciones provocado por espectadores enfurecidos que habían descubierto la película de Jeff Wadlow. Dada la magnitud de los daños y el hecho de que la mayor parte del personal fue encontrado ahogado en charcos de agua negra, ya no estamos en condiciones de recibir a clientes durante al menos el próximo siglo. Adjunto mi carta de dimisión.

Atentamente
Gjulo.

Me ha recordado a juegos como Until Dawn y Man of Medan, aunque en este caso si los personajes viven o mueren no depende de mi habilidad con el mando de la Play, y menos mal.

Y es que en una película de Blumhouse sabes a lo que vienes, aunque es cierto que me esperaba algo más de acción, si bien sé que estas películas no son de terror propiamente dicho.

Los personajes son bastante clichés y sus motivaciones, por lo general, superficiales y egoístas, pero ¿quién no se aprovecharía también si te ofrecieran lo que más deseas, sea lo que sea?

Me ha parecido entretenida, sin demasiadas pretensiones, para pasar el rato, y además tiene un giro al final que al menos yo no me esperaba.

Cinco personas ganan un premio para viajar a la isla del misterioso señor Roarke, interpretado por Michael Peña, una isla donde una de sus fantasías más profundas se hará realidad durante un fin de semana. Al principio todo parece diversión, pero lo que parecía un fin de semana de ensueño se vuelve algo terrorífico.

Con un argumento así esperamos algo emocionante y cargado de tensión, pero por desgracia no lo encontramos en ningún momento. La película es lenta al principio, y cuando se desata la acción y la tensión es todo muy acelerado, pasan de 0 a 100 en un momento y no te da tiempo de adaptarte.

Esto no sería malo si estas escenas fueran emocionantes, pero no lo son para nada, son muy previsibles y aburridas.

Los personajes son los de siempre en estas películas: la pareja de hermanos fiesteros, el militar frustrado, la chica guapa a la que en el colegio le hacían bullying y la mujer traumatizada por su pasado y sus secretos. Sin contar al dueño de la isla que desde el principio sabes por donde van a ir los tiros con él.

No llegas a empatizar con ninguno de esos personajes, por lo que te da igual quien vive o muere.

Y cuando por fin llegas al final intenta hacerte un giro de guión original pero se queda en un quiero y no puedo, dejando un final absurdo y sin sentido para una película de este tipo.

Nada recomendable.

Fantasy Island es una película de terror, misterio y como su título dice fantasía. Es de ese tipo de películas que me gusta, porque de primeras no sabes qué esperar, pero al ponerla sabes que la vas a disfrutar, aunque acabe mal (que no es el caso).

La calidad de imagen y sonido es muy buena, las voces de doblaje castellano son perfectas.

Yo destacaría del reparto a Michael Rooker, Lucy Hale y Michael Peña (siendo este último el más destacable por su papel).

Recomendable, para pasar el rato, aunque digan que no.