
Melora Hardin
Dr. Elizabeth Simmons
Ella (Dianna Agron) es una exitosa estrella en el mundo del diseño de interiores que parece tenerlo todo: vive en una casa lujosa y está casada con Jay, quien la ama mucho, pero Ella no desea tener hijos. Nadie tolera su postura, pese a que insiste que sin hijos es feliz. Conforme aumenta la presión, Ella decide inscribirse en un ensayo clínico que, para su sorpresa, empieza a dar frutos. Pero los efectos secundarios producidos por el tratamiento lentamente comienzan a desatar paranoia y conductas agresivas en Ella
Al acercarse a los cuarenta, aunque Ella lleva una vida profesional y sentimental plena, todo su entorno no deja de repetirle las palabras (el bebé para cuando?) con la esperanza más o menos disimulada de que finalmente ceda a los cantos de sirena de la maternidad. Pero Ella simplemente no quiere tener hijos, considerando que ya es feliz tal como es.
Un día, la presión social sobre este tema se vuelve tan fuerte que acepta ser conejillo de indias en un ensayo clínico destinado a hacerle desear la maternidad... Donde la mayoría de las películas de terror contemporáneas optan por el camino fácil de centrarse en el instinto maternal de una pobre víctima embarazada dispuesta a todo por salvar a su progenie, el primer largometraje de Alexis Jacknow toma un camino mucho más sorprendente (y astuto): centrarse en una heroína que es vista como una anomalía por todos los que la rodean, y más ampliamente por las convenciones más arcaicas impuestas a las mujeres, al rehusarse a abrazar el rol de ser madre. En ese sentido, la primera parte de “Clock”, que repasa los constantes comentarios que Ella recibe sobre el tema, está muy bien lograda. Va desde un humor negro en torno a un baby shower, donde un montaje idílico de la vida plena de Ella choca con el caótico panorama de sus amigas madres jóvenes (el "huevo con huevos" que Ella muerde al comienzo de esta secuencia lo resume todo), hasta ramificaciones más dramáticas: un padre que le recuerda el pasado oscuro de sus abuelos judíos durante el Holocausto para justificar la necesidad de una descendencia, un marido que dice aceptar su decisión pero que no puede evitar expresar su deseo de tener hijos, o conocidos en redes sociales que exhiben su alegría de ser padres en cada publicación... Repetidos constantemente en su día a día, todos estos factores externos llevan a Ella a la conclusión de que algo no funciona en ella, que su reloj biológico (el que da título a la película en inglés) está roto. En contraste con la frialdad clínica de un examen ginecológico rutinario que debería haber confirmado su postura, Ella es recibida con calidez en el ensayo clínico, seducida por las palabras amables de una doctora comprensiva que le explica que el deseo de procrear es inherente a todo ser vivo y que es posible reparar las disfunciones que lo impiden. Habiendo dejado el trabajo que le garantizaba su independencia para participar en este estudio, Ella decide creerle, y con ello, empieza a renegar de todo lo que la definía hasta entonces. Tocando tanto el “body horror” con algunas escenas impactantes muy logradas (la atmósfera clínica extraña evoca claramente el cine de Cronenberg), como el horror psicológico más puro, “Clock” retrata a una mujer que pensaba mantenerse firme en su elección contra viento y marea, pero que acaba perdiendo el control al rendirse ante una "normalidad" condicionada. Se enfrenta de lleno a representaciones literales de la culpa nacida de los reproches constantes, a través del proceso que se supone debe reconducirla hacia lo que sería "el camino natural" para toda mujer: la procreación. Dividida entre lo que había decidido ser y lo que los demás quieren que sea, Ella sufre las devastadoras consecuencias de una mente en conflicto esquizofrénico, bajo la excusa de efectos secundarios del tratamiento que se manifiestan en forma de visiones o comportamientos irracionales cargados de simbolismo (a veces muy acertados, como con su amiga; otras veces poco sutiles —lo de los huevos ya lo hemos entendido, gracias). En una última parte donde Ella se enfrenta a personas que la manipulan o que se atreven a cuestionar su decisión de finalmente ajustarse a sus expectativas, la película logra ofrecer algunas sorpresas genuinas con ciertos elementos del guion que parecían también “condicionados” hacia desenlaces predecibles, una vez expuesta la mecánica. Además, nunca olvida conectar todo con el dolor de la experiencia que atraviesa su protagonista, desnaturalizada (en el sentido literal de la palabra), y potencialmente encaminada hacia un punto de no retorno. Por supuesto, con este material, “Clock” podría haber sido una película mucho más grande en otras manos. Aunque el resultado aquí es absorbente, eficaz y relevante (con una interpretación convincente de Dianna Agron), claramente le falta una identidad y una ambición más marcadas para alcanzar la envergadura que merece, aquella a la que su tema y su enfoque a través del terror le permitían aspirar. Pero, mientras llega alguien que lo haga mejor con las mismas agujas y mecanismos, el inquietante tic-tac del Reloj construido por Alexis Jacknow merece ser escuchado.
Los derechos de propiedad intelectual de las críticas pertenecen a los usuarios que las han realizado y al portal Palomitacas. Para utilizar alguna crítica, debes obtener el permiso expreso de su autor o ponerte en contacto con nuestro servicio de soporte. Palomitacas.com no tiene relación directa con los directores, productores, ni otras entidades asociadas a las películas o series mostradas en esta web. Toda la información y materiales visuales son suministrados por TMDb, conforme a sus términos de uso. El copyright de los pósteres, carátulas, tráilers, fotogramas, bandas sonoras originales (BSO), logotipos, imágenes promocionales, retratos o fotografías de DVDs, Blu-rays, VODs, personas, o Networks pertenece exclusivamente a las respectivas productoras, distribuidoras, o titulares de derechos. Si alguna parte interesada desea que eliminemos contenido, puede contactarnos y atenderemos su solicitud de inmediato.