Englobada dentro del movimiento llamado "New French Extremism" (películas malrolleras que vienen de Francia, vaya), 'Martyrs' ha logrado situarse por méritos propios como uno de los trabajos más controvertidos del panorama cinéfilo de los últimos tiempos. Esto es sin duda debido a su provocadora y enfermiza propuesta y a su peculiar estilo de cine gore, el cual se aleja de los convencionalismos más tópicos y evita caer en los clásicos desmembramientos, amputaciones y demás baños de sangre tan habituales en otras películas del mismo género.

Del argumento no quiero revelar mucho ya que es el tipo de película cuya magia reside precisamente en toda la sucesión de sorpresas que tiene reservadas para el espectador, las cuales no son pocas ni de fácil digestión. Solo diré que la historia comienza poniéndonos en la piel de un par de amigas que intentan enfrentarse a los fantasmas del pasado que traumatizan a una de ellas; premisa que sirve solo como excusa para arrancar una trama que no se anda por las ramas y que pronto comienza con su desfile de momentos impactantes y situaciones perturbadoras. Simple en su concepto y morbosa en su ejecución, 'Martyrs' se construye así como una película que no deja indiferente a nadie y que brilla especialmente a la hora de gestionar la tensión y la incomodidad que reinan en cada escena. Puede que no provoque miedo como tal, pero el malestar está casi asegurado y revolverá los estómagos de todos aquellos valientes que se atrevan a verla mientras cenan.

Martyrs es una película de terror, gore y 'porno tortura' protagonizada por Morjana Alaoui y Mylène Jampanoï.

Una joven ha aparecido tras un tiempo desaparecida con numerosas heridas e incapaz de contar lo que ha pasado. 15 años después, el trauma de lo sucedido la llevará a intentar calmar su dolor.

Pues tenemos aquí una de esas películas para un público muy específico y reducido, pero con un buen nombre dentro de su género.

La película tiene dos partes muy diferenciadas. El mayor punto en común son los litros de tomate para untar, un grimoso maquillaje y unos acontecimientos que hacen que el espectador se pregunte "¿por qué....?

En la primera parte tenemos más terror, más intriga, pero también una total ausencia de sentido común en un tramo que incluso tiene su punto, aunque muchos detallitos muy forzados o sin lógica. Para mí la lógica, dentro de la fantasía de lo que nos cuentan, es muy importante y aquí ya surgían las preguntas. ¿Por qué ***contenido con spoilers*** ? Entre otras, pero la más importante es ¿Por qué no ***contenido con spoilers*** ??? Esta última nunca encontró respuesta, pero sí que es verdad que las anteriores sí.

Luego la película cambia un poco su senda para, ya sí, meterse de lleno en ese género en la que se ha hecho un hueco: el 'torture porn', en un tramo que seguramente satisfaga a los amantes de este género, aunque a mí se me hizo largo, y por mucho que quisieran darle una rápida justificación, me pareció demasiado porque sí todo. No importaba hacia dónde iba, sólo el recrearse en lo que entraba por el ojo en ese momento. De nuevo, me preguntaba, y me sigo repitiendo la misma pregunta ***contenido con spoilers***

Me ha parecido demasiado gratuita y por momentos torpe como para haber cogido la fama o el culto que ha cogido.
La gente que ha hecho esto está un poco mal de alguna parte, y no sé si es peor el que lo ideó, o los que lo disfrutan.

Menuda elección para halloween.

Hay poco luz en este director, ya me lo demostró con Ghostland, pero es que en esta, pfff. Me ha dejado muy mal cuerpo, se siente tan real, y lo que cuenta puede estar pasando ahora mismo perfectamente y peor. Al final el mayor miedo es el que produce el ser humano, ni fantasmas, ni monstruos ni nada de eso.

La gula del saber del ser humano no tiene fin.

Joer, a ver si durmiendo se me quita este estado.

Qué elegancia la de Francia para hacerte pasar uno de los peores ratitos de tu vida casi sin despeinarse. Del director Pascal Laugier, autor de la retorcida ‘Ghostland’, nos encontramos aquí con ‘Martyrs’, una película que no recomendaré a nadie jamás, porque ni siquiera sé cómo calificarla. El horror supremo hecho carne que no hace más que reafirmar mi pensamiento de que ningún espíritu, monstruo o ser del averno, produce más sufrimiento que el ser humano.
La historia comienza cuando vemos en pantalla a una niña ensangrentada huir del lugar donde la tenían prisionera. Nuestra protagonista Lucie, es llevada a un orfanato pero se niega a hablar de lo que le ha ocurrido. Arrastrando unas terribles secuelas físicas y psicológicas, Lucie se sume en el silencio y en el miedo. Únicamente la acompaña su inseparable amiga Anna, quien la entiende aun cuando nadie es capaz de hacerlo. Ambas se embarcan en un viaje con destino al infierno para encontrar a los responsables de lo que le sucedió a Lucie, pero nada sale como se esperaban porque estamos ante el film que hace arte a base de sus cliffhangers. Y hasta aquí puedo decir, porque cuanto menos sepáis de la trama mucho mejor, si es que un día os apetece verla para sentir como vuestras entrañas abandonan vuestro cuerpo lentamente.

Puro gore, violencia extrema, escenas explícitas de torturas y mucha sangre, hacen de esta obra la consagración de que los cerebros de los cineastas franceses deberían ser estudiados en todas las Universidades de Medicina. Recuerda a ‘Al interior’ o ‘The eyes of my mother’, pero te deja peor cuerpo que ninguna de ellas. Esta noche va a dormir mi primo Paco.

***contenido con spoilers***