Noche en el museo, me esperaba una película bastante más divertida con muchos momentos cómicos y cierta aventura pero todos estos puntos me parecen que son bastante light. Y encima protagonizada por Ben Stiller un tipo casi inexpresivo, solo se ríe al finalizar la película.

Larry es el típico divorciado sin un trabajo estable, donde su ex-mujer perfecta tiene un nuevo novio perfecto y donde siempre ponen al pobre padre entre la espada y la pared de forma emocional con respecto al hijo que tienen en común, de que él es un fracasado y da vergüenza ajena al hijo de lo que hace el padre....

Por eso nuestro pobre padre divorciado consigue un trabajo como vigilante de seguridad nocturno en el museo de Historia Natural, hasta aquí todo normal, lo que pasa que este museo tiene algo especial cuando cae la noche y es que sus habitantes cobran vida.

La idea me parece muy original y da para una película bastante divertida y una aventura para entretener a grandes y pequeños pero me da la sensación que todo se queda a medias, quitando al mono que es el único que lo borda en la película lo demás es simplón, sin gracia, poquita y previsible aventura si se puede decir que tiene algo de eso, se le podía haber sacado mucha más chicha a cada uno de los personajes del museo, pero a medida que pasaba el desarrollo era pues... me estoy aburriendo igual que cuando voy a los museos, necesito más acción.

No me gusta nada el actor principal, no tiene gracia, poco expresivo, parece que actúa sin ganas, creo que esta película protagonizada por Adam Sandler, Steve Carell, Kevin Hart o incluso Robin Williams hubiera tenido otro tono más dinámico y cómico, que por cierto, Robin Williams está en la película pero en un secundario totalmente desaprovechado.

En resumen, una película que para mí prometía por la originalidad del argumento pero me he quedado con las ganas de ver algo bastante mejor, en algunos momentos me he aburrido y se me ha hecho incluso larga.