He leído por ahí que esta es la comedia romántica que ha resucitado el género de la comedia romántica. ¿Pero no hay como cincuenta al año, como las que saca Netflix cada Navidad?

Chica conoce a chico y surge una chispa instantánea e innegable entre ellos y... ¿Felices para siempre? No, claro que no, la película acaba de empezar. Así que, a pesar de ese comienzo tan prometedor, la cosa sale mal y cada uno por su lado. Pero, por cosas de la vida, se reencuentran un tiempo después, y ahora las chispas saltan de otra manera, pero también por cosas de la vida deberían comportarse y deciden fingir que son pareja. Y es que hay más frentes abiertos en esa reunión, ella lo ha dejado con su pareja de toda la vida, algo que sus padres no superan e incluso le han invitado a la boda que se va a celebrar y además ha dejado la universidad y no se lo ha contado a nadie y él se acaba de reencontrar con un amor del pasado que le rompió el corazón, así que la cosa pinta curiosa.

No sé si la comedia romántica había muerto o no, pero en esta película está más viva que nunca. Sí, es predecible hasta decir basta, está llena de enredos, encuentros y desencuentros, las familias son para darles de comer aparte, hay varios triángulos amorosos para darle más salseo al asunto, pero es una comedia romántica como las de toda la vida. Es más, lo es hasta tal punto que la canción de la película es una de 2004, así que bien podría ser alguna de las típicas de finales de los 90 o principios de los 2000, alguna de Julia Roberts o alguna sucesora directa, y muy digna. Y respecto a esa canción, todas las escenas del final son una maravilla.

Sydney Sweeney y Glen Powell me han puesto muy nerviosa. Y es que no se puede tener TANTA química, señores, no se puede, desde el minuto uno que cruzan miradas saltan chispas de verdad. También es muy típica en el sentido de que los protagonistas son los típicos guapísimos y estupendos, que parecen modelos los dos, pero también forma parte del género, y están los dos geniales. También tenemos por ahí a Rachel Griffiths, Dermot Mulroney, Michelle Hurd, Alexandra Shipp y Darren Barnet, entre otros.

He ido al cine esperando ver algo ligero y entretenido y me ha encantado, no sólo por la parte romántica, que cumple con creces y hasta te hace sentir mal porque no tienes tu propia comedia romántica, sino también por la parte de comedia, me he reído un montón, y todo el cine se ha reído un montón. Hacía tiempo que no veía el cine así de lleno, y oír las risas al unísono en determinados momentos tiene que significar algo.

Probablemente no sea perfecta, probablemente la vea en un tiempo y no me guste tanto, o mañana mismo reflexione un poco y le vea fallos, pero me he pasado toda la película sin perder la sonrisa, de diferentes tipos y por diferentes motivos, y sólo por eso le doy esta nota, y seguramente la volveré a ver varias veces. Creo que se puede convertir en una de esas películas a las que recurres de vez en cuando, así que la recomiendo sin dudarlo si te gustan las comedias románticas.

Desde que se anunció 'Anyone But You' prometía ser una cosa divertida, ligera y traviesa con dos de los nombres del momento, pero la realidad ha quedado muy lejos de aquello. Comedia romántica tosca, con unas interpretaciones malísimas, plana y sosa; de la que solo se salva algún pequeño gag que funciona. Sydney Sweeney no puede ser tan mala actriz como aparenta aquí, detrás de ese físico explosivo que le ha llevado al -estrellato- tiene que haber algo más, casi lo mismo por su compañero de reparto aunque ya demostró más dotes en otras producciones recientes.

En resumen, olvidable y aburrida.