Críticas de House of Cards
El implacable y manipulador congresista Francis Underwood (Kevin Spacey), con la complicidad de su calculadora mujer (Robin Wright), maneja con gran destreza los hilos de poder en Washington. Su intención es ocupar la Secretaría de Estado del nuevo gobierno. Sabe muy bien que los medios de comunicación son vitales para conseguir su propósito, por lo que decide convertirse en la "garganta profunda" de la joven y ambiciosa periodista Zoe Barnes (Kate Mara), a la que ofrece exclusivas para desestabilizar y hundir a sus adversarios políticos. Nueva adaptación de la novela homónima de Michael Dobbs, en la que se basó una miniserie británica de 1990.
RESEÑAS Y VALORACIONES DE House of Cards
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En primer lugar, la serie presenta una visión estrecha y simplista de la política, reduciéndola a una lucha cínica y sin sentido por el poder y el prestigio. Esto se hace evidente en la forma en que los personajes son retratados, con un énfasis excesivo en su astucia, crueldad y maquiavelismo, y una falta de atención a sus ideales y motivaciones más profundas. Esta representación superficial de la política es tanto simplista como aburrida, y hace que la serie sea incapaz de abordar cuestiones políticas más complejas y significativas.
En segundo lugar, la serie presenta una visión profundamente problemática y misoginia de las relaciones de poder. La representación de Claire Underwood, interpretada por Robin Wright, es particularmente problemática. Claire se presenta como una figura ambiciosa y calculadora que está dispuesta a hacer cualquier cosa para obtener lo que quiere, incluyendo el uso de su sexualidad para manipular a los hombres a su alrededor. Esta representación de Claire es tanto sexista como simplista, y hace que la serie sea incapaz de abordar cuestiones de género de manera significativa.
Además, la serie se vuelve cada vez más inverosímil y desconectada de la realidad a medida que avanza. Los personajes se vuelven cada vez más caricaturescos y las tramas se vuelven cada vez más melodramáticas y exageradas. Esto hace que sea difícil tomar la serie en serio y disminuye cualquier impacto que podría haber tenido en términos de crítica social o política.
La verdad es que me parece un tanto sobrevalorada. Para mí se trata de una serie sexista, superficial y desconectada de la realidad, y que carece de la complejidad y el compromiso necesarios para abordar cuestiones políticas y sociales de manera significativa. Como tal, es una decepción en términos tanto artísticos como políticos.
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Esta serie desde su comienzo tuvo muchísimo tirón, y no fue para menos. Un enorme Kevin Spacey encabezaba una serie en la que un político y sus malas artes iban creciendo poco a poco dentro del Congreso de los Estados Unidos.
Resultó muy interesante ver cómo se iban forjando alianzas, independientemente del color político, yo tengo algo que te interesa, tú puedes hacer algo que me interesa a mí. Además del uso de la prensa.
Además de un soberbio Spacey, encontrábamos varios personajes con mucho "carisma oscuro" y no tan oscuro, que junto a las interesantes tramas, y al recurso habitual y acertado de romper la cuarta pared, enganchó mucho.
Por contra, la serie se fue diluyendo, llegando a cierto punto de desencanto en sus cuarta y quinta temporada, y no teniendo muy claro hacia dónde iban las tramas, estirándolas o resolviéndolas en momentos que no terminaban de encajar.
Tras el escándalo de Spacey, quitaron de en medio al actor y al menos quisieron darle un final a la serie, con una sexta temporada que cojeó sin la que había sido su figura principal, y con un desenlace final que personalmente no me gustó demasiado.
Aun así, en líneas generales me sigue pareciendo una gran serie.
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Dunbar por su lado, convirtiéndose en una política poco a poco. Todo son principios hasta que te ves a un paso del poder.
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Que sí que la serie está muy bien, muy conseguida, una trama tremendamente política, pero aquí los fans hemos llorado porque ese hombre no podría haberse estado quietecito.
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Eso sí, si en la primera consiguieron hacerlo vicepresidente, en esta presidente... ¿en la siguiente lo convierten en Dios? ¿Va a ser el mejor presidente del mundo para que lo reelijan o qué? Me da que tal vez han acelerado demasiado la evolución del personaje en las dos primeras temporadas y ahora se van a quedar con poco gas... Espero equivocarme.
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muy destacables las tres primeras, guión con fuerza, personajes muy bien desarrollados.
a partir de ahí todo empieza a caer un poco, cerrándose con una sexta temporada de manera abrupta por el escándalo de Kevin Spacey y su expulsión de la serie , y con un final bastante malo.
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Una serie que empezó con tantísima calidad no se merecía un final tan tristísimo.
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Destacar el papel de Kevin Spacey rompiendo la cuarta pared como Frank Underwood , un personaje que es completamente despiadado y maquiavélico, y está dispuesto a cometer cualquier crimen, incluido el asesinato, para promover su objetivo de alcanzar el poder.
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Mi Opinión / Critica de House of Cards
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