Crítica de Willow por SrLimonchi

Willow vuelve 34 años después en formato serie, presentándonos una historia completamente orientada al público adolescente, lo cual en mi opinión es un gran error, ya que la mayoría de personas que crecieron con la cinta rozan ahora la treintena, como mínimo... En cualquier caso, esto forma parte de la más que trillada excusa del relevo generacional, y se puede ver como una forma de acercar la historia al público infantil actual (aunque para eso ya teníamos la película de 1988, fácil y sencilla, para toda la familia).

Esta temporada centra su historia en Elora Danan, que acompañada de un grupo de lo más variopinto, vive una serie de aventuras y desventuras propias de cualquier narración genérica del género. En ella veremos altas dosis de humor, rozando a veces lo absurdo, y casualmente este es el punto fuerte de la serie, su comedia, convirtiéndose en una autoparodia de sí misma, más bien (gracias Boorman por todos esos chistes y momentos cómicos que amenizan, de alguna manera, todo este melodrama adolescente). El resto de los elementos de la serie: guión, diálogos, vestuario, coreografías, efectos especiales (salvo en el último capítulo), y un largo etcétera es bastante lamentable.

A pesar de todo, he de admitir que como serie para ver en familia o en compañía de menores es un entretenimiento asegurado, ya sea porque es extremadamente fácil de seguir, las elevadas dosis de humor, los personajes o las aventuras que viven, pasaréis un rato agradable, sin demasiados misterios ni complicaciones. Resumiendo, no es buena, pero cumple su cometido y entretiene.