Redactada:
2024-08-10
La verdad es que con ese final de temporada te dan ganas de matar al ejecutivo de Netflix que decidió cancelarla sin final, pero lo entiendo. El concepto de The OA es muy difícil de sostener en emisión sin dar respuestas, a no ser que se convirtiese en un fenómeno tipo Perdidos, pero eso es prácticamente imposible en la industria actual. Las temporadas son muy cortas y cuentan muy poco, por lo que esa especie de lore mucho más profundo que conecta la metafísica, con la ciencia ficción, con la religión, con las múltiples dimensiones se ve muy a cuentagotas y, si la gente no se engancha, las nuevas plataformas no tienen paciencia para desarrollar una serie mucho más larga. De hecho en esta segunda temporada hemos visto algo más de hacia dónde iba la serie pero ese es el problema, no puedes esperar a una segunda temporada para seguir añadiendo nuevas capas a ese enigma y ver trazos de cómo todo está conectado, porque literalmente la serie se acaba.
Y así ha sido. Empiezas a verla y ya te meten nuevos personajes, que dices tú pues ok, seguimos sin enterarnos de nada y además ahora aún hay que conocer al detective este nuevo y que nos importe algo su presencia en la historia. ¿Problema? La primera temporada ya eran 6 capítulos y no daba tiempo a conocer casi a los personajes. Este formato tan de moda de las series actuales prioriza más la trama que el desarrollo de los personajes, da la sensación de que es más difícil cogerles cariño porque... bueno, es que no da tiempo!
El giro final me pareció genial, porque implicaba un narrativa totalmente meta donde la nueva dimensión a conocer era una en la que estábamos viendo a los actores y actrices reales que daban vida a Praire, Hap y compañía, como una especie de juego con la realidad que se aventuraba interesantísimo y que me hizo bastante explosión cerebral cuando lo vi. Por eso me ha dado pena su cancelación, pero es una serie hiperdifícil, así que es comprensible.
Y así ha sido. Empiezas a verla y ya te meten nuevos personajes, que dices tú pues ok, seguimos sin enterarnos de nada y además ahora aún hay que conocer al detective este nuevo y que nos importe algo su presencia en la historia. ¿Problema? La primera temporada ya eran 6 capítulos y no daba tiempo a conocer casi a los personajes. Este formato tan de moda de las series actuales prioriza más la trama que el desarrollo de los personajes, da la sensación de que es más difícil cogerles cariño porque... bueno, es que no da tiempo!
El giro final me pareció genial, porque implicaba un narrativa totalmente meta donde la nueva dimensión a conocer era una en la que estábamos viendo a los actores y actrices reales que daban vida a Praire, Hap y compañía, como una especie de juego con la realidad que se aventuraba interesantísimo y que me hizo bastante explosión cerebral cuando lo vi. Por eso me ha dado pena su cancelación, pero es una serie hiperdifícil, así que es comprensible.
Valoraciones en tu crítica:
Todavía no hay comentarios
Comentarios