Crítica de Romancero por Sandris

Yo sólo me pasé por aquí porque leí que esta serie sería una especie de reinterpretración, o que al menos estaba inspirada en el 'Romancero gitano' de Lorca. Pero vaya si me la han colado. Me han vendido la moto sin frenos, con el tanque vacío y sin manillar porque 'Romacero' es un despropósito de cabo a rabo. Siguiendo la estela del bizarrismo representado en '30 monedas' (sospechosamente guardan muchos puntos en común, *guiño guiño, codazo codazo*), aquí nos encontramos con seres sobrenaturales, gore a raudales, mucha sangre, cultos religiosos dedicados a serpientes, policías que como mínimo necesitan a un coach especializado en manejo de la ira porque tela, en fin... Todo un género de cosas que no tienen ningún sentido y, que al contrario que la serie de Álex de la Iglesia, aquí no funcionan.
La historia nos sitúa en medio de un paraje desértico de Almería donde los campamentos de chabolas y traficantes pululan a sus anchas. Jordán y Cornelia son dos niños que no se conocen pero huyen juntos de una turba enardecida. Cornelia tiene un apetito salvaje que necesita ser saciado y Jordán parece ser el único ser en la faz de la Tierra que no le teme, a pesar de que la cría parece la reencarnación de la muñeca Annabelle. Juntos vivirán una aventura onírica en busca de la salvación.

No sé cuánta pasta le habrá soltado Amazon Prime Video a Belén Cuesta, Ricardo Gómez y Alba Flores para que se metieran en este berenjenal, pero me parece hasta poco. Creo que necesito un diazepam para digerir esto.