Crítica de Peaky Blinders por PeterLynch

Se acaba un ciclo en las Series de Televisión y en la TV Británica significó el inicio de una nueva era sin la serie creada por Steven Knight. Peaky Blinders nos muestra de lo que el Ser Humano es capaz de hacer, tanto lo mejor como lo peor. Y en esas entra el papel de un líder de la banda que, al ver quién era el actor, mucha gente se echó a temblar porque no se le conocían grandes papeles pero acabó convirtiéndose en uno de los personajes más queridos en muchas listas de personajes creados en Televisión.

La historia de esta serie, aunque gracias a su vestuario localizaciones y fotografía parezca que fue así, se basa en una libre interpretación histórica de una banda que sí existió... pero 30 años antes, en una época mucho más oscura y en la que las calles no eran un lugar seguro. Birmingham, que actualmente no es de las ciudades más bellas, era una de las ciudades que sufrió todo lo que conocemos de la Revolución Industrial y acabó convirtiéndose en una de las ciudades más importantes de Inglaterra, por detrás de Londres, haciendo que esta misma se convierta en caldo de cultivo de clanes, mercado negro, drogas y demás cosas que alimentaban la violencia, el dinero y el poder. Y esta historia nos lleva a la deshumanización del propio ser humano en virtud de esa ansia material por el control y el poder. Uno de los grandes puntos que ha conseguido esta serie es ese gran trabajo de ambientación, y de vestuario que hace que algunas series británicas peleen en la misma liga, incluso superen, a algunas series americanas.

Muchas veces cuando nos paramos a analizar alguna serie, si nos quedamos en el aspecto técnico, hacemos que esta historia desmerezca su aspecto de interpretación, pero es que aquí también hace que la serie te enganche. Hay personajes que están hechos para un actor/actriz y, al igual que Walter White/Bryan Cranston, James Gandolfini/Tony Soprano y Jon Hamm/Don Draper, aquí hay dos que sus personajes les vienen como anillo al dedo: Cillian Murphy/Tommy Shelby y Helen McCrory/Polly. Y mira que he visto personajes que sean memorables, pero ninguno había conseguido atraer mi atención como estos dos. Las secuelas de la Gran Guerra, la depresión, las mafias y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas hace que la historia alrededor de los Shelby, aunque no sea primordial, juegue un papel alrededor de la temática de la serie.

Grandes actuaciones y personajes copan esta serie que ha sido bien recibida allá en el 2013 cuando se estrenó y ha consagrado a actores como Paul Anderson (Sherlock Holmes Juego de Sombras), Charlie Murphy, Sophie Rundle (Happy Valley) o Annabelle Wallis (Maligno) y ha dado reconocimiento a actores bastante conocidos en Gran Bretaña como los hermanos Cole, Harry Kirton o Stephen Graham. Mención especial para los secundarios de lujo como Tom Hardy, Adrien Brody, Anya Taylor-Joy, Sam Neill y Aidan Gillen. Y ya con los dos que he nombrado antes, qué más se puede pedir.

Sí creo que hay dos cosas que hace que la serie desfallezca. Una es las temporadas que ha durado la serie y hace que el nivel para mantenerla cueste un poco más y hay temporadas que son mejores que otras, pero consigue su propósito como serie de entretenimiento. El otro aspecto es el de la Banda Sonora. No niego que sea buena, pero esos estilos que no casan con la época, hizo que me costase un poco coger la sintonía de la serie y a veces notaba que alguna no pegaba ni con cola con la situación. Es una serie bastante recomendable y la verdad que el viaje de estos 8 años ha sido muy bonito. Hasta siempre Familia Shelby. "On a gathering storm comes a tall handsome man in a dusty black coat with a red right hand."