Crítica de Monstruo: La historia de Ed Gein por Sandris
Redactada:
2025-10-10
Como apasionada del true crime soy la primera en reconocer lo macabro de mi deleite. Soy la primera en ser consciente de que realizar series de este tipo pueden traer mucho dolor y avivar demasiados recuerdos en aquellas víctimas o parientes que todavía viven. La clave es no romantizar la violencia, no romantizar a estos asesinos y tener cuidado con los discursos que se defienden a capa y espada en nombre de la libertad de expresión. Entiendo que haya gente a la que le disgusten profundamente este tipo de contenidos y también entiendo a los que esperamos con ansias cada una de estas series episódicas, porque la sensibilidad es un mecanismo que funciona como un reloj suizo, ni una ni otra opción te hace ser un desalmado. Conocer las obras de estos asesinos, sádicos y perversos es también un modo de mirar a un reflejo en el espejo, un reflejo que nos interpela y nos pregunta por qué llegamos a endiosar en la cultura pop a personajes de esta calaña. Enviar cartas a asesinos en serie, legiones de fans, presas que incluso se pelean por ver quién tiene más episodios en ‘Crims’… La maldad es algo tan inabarcable y oscuro que muchas veces cae víctima del sensacionalismo más morboso, porque ¿quién es el verdadero monstruo? ¿El monstruo en sí o nosotros que nos quedamos mirando a la pantalla sabiendo lo que vamos a ver? ¿Nos convierte esto en cómplices de una fina línea argumental en la que la ética y la moral se vuelven cada vez más borrosas?.
‘Monstuo: la historia de Ed Gein’, nos presenta a un hombre peculiar de la Norteamérica profunda que vive en un aislamiento total, ensombrecido por la figura de su madre, con la que desarrolla una obsesión enfermiza. Por su particular tono de voz, su cara de niño bueno y sus vibes de paleto creepy con cadáveres hasta en las paredes, Ed Gein es uno de los nombres que más se recitan cuando hablamos de crueldad. Y con razón. Un número de asesinatos sin concretar, actos de una violencia, tortura y abuso tan espeluznantes que ni siquiera encuentro palabras para definir, Ed Gein descubre su “afición” tras contemplar fotos del exterminio nazi en la II Guerra Mundial. Descubre que la maldad del ser humano es tan enorme, vasta, asquerosa y llamativa, que él puede hacer lo mismo; que él puede crearse su propio museo para honrar a su madre y que su nombre perdure en la historia.
Así como Evan Peters se convirtió hasta la médula en Jeffrey Dahmer, Charlie Hunnam hace lo propio y regala la que posiblemente sea la actuación de su carrera. Escalofriante, malrollero y con una sonrisa que hiela la sangre, Ed Gein es la fuente propicia de la que alimentarse en cuanto a terror se refiere, sobre todo en el cine. ‘El silencio de los corderos’, ‘La matanza de Texas’ o la propia ‘Psicosis’ aparecen en la serie como retazos de la influencia de este depredador y, aunque Ryan Murphy se toma demasiadas licencias poéticas para abarcar este personaje, no deja de ser un retrato bastante horripilante de eso que sabemos que existe, pero preferimos creer que no. Como si apartando la mirada los monstruos fuesen a tener clemencia, pero ellos siempre están ahí… Dispuestos a devolvernos la mirada.
‘Monstuo: la historia de Ed Gein’, nos presenta a un hombre peculiar de la Norteamérica profunda que vive en un aislamiento total, ensombrecido por la figura de su madre, con la que desarrolla una obsesión enfermiza. Por su particular tono de voz, su cara de niño bueno y sus vibes de paleto creepy con cadáveres hasta en las paredes, Ed Gein es uno de los nombres que más se recitan cuando hablamos de crueldad. Y con razón. Un número de asesinatos sin concretar, actos de una violencia, tortura y abuso tan espeluznantes que ni siquiera encuentro palabras para definir, Ed Gein descubre su “afición” tras contemplar fotos del exterminio nazi en la II Guerra Mundial. Descubre que la maldad del ser humano es tan enorme, vasta, asquerosa y llamativa, que él puede hacer lo mismo; que él puede crearse su propio museo para honrar a su madre y que su nombre perdure en la historia.
Así como Evan Peters se convirtió hasta la médula en Jeffrey Dahmer, Charlie Hunnam hace lo propio y regala la que posiblemente sea la actuación de su carrera. Escalofriante, malrollero y con una sonrisa que hiela la sangre, Ed Gein es la fuente propicia de la que alimentarse en cuanto a terror se refiere, sobre todo en el cine. ‘El silencio de los corderos’, ‘La matanza de Texas’ o la propia ‘Psicosis’ aparecen en la serie como retazos de la influencia de este depredador y, aunque Ryan Murphy se toma demasiadas licencias poéticas para abarcar este personaje, no deja de ser un retrato bastante horripilante de eso que sabemos que existe, pero preferimos creer que no. Como si apartando la mirada los monstruos fuesen a tener clemencia, pero ellos siempre están ahí… Dispuestos a devolvernos la mirada.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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El mal cuerpo que nos ha dejado sólo lo sabe él!