Crítica de La mujer en la pared por Sandris

‘The woman in the wall’ es un thriller brutal plagado de claroscuros, como una hoja doblada por varias partes diferentes en la que cada revelación es más increíble que la anterior. Nos encontramos cara a cara con Lorna Brady, una mujer que vaga como un alma penitente a través de una vida vacía completamente traumatizada por su pasado. Este trauma le provoca unos extraños episodios de sonambulismo en los que Lorna deja libre a su subconsciente reprimido para que haga lo que le de la gana. El problema viene cuando llegando a su casa, se encuentra a una mujer muerta en su salón. No sabe quién es ni qué hace ahí, y mucho menos sabe si ella ha tenido algo que ver debido a sus paseos inconscientes nocturnos. La premisa recuerda un poco a la serie ‘Tabula rasa’ es cierto, pero su desarrollo es totalmente diferente porque la historia de Lorna es una historia que salpicó a nuestro país no hace mucho y que convulsionó los cimientos de la Iglesia. Bebés robados vendidos a familias pudientes, mientras hacían creer a las madres que sus hijos habían muerto. Con la ayuda de Colman, un detective que lidia con sus propios fantasmas, ambos se enfrascarán en una odisea en busca de la verdad y sobre todo de la redención. Si es que todavía es posible.

Una miniserie completamente adictiva, oscura y que atiza en lo más profundo de las crueldades perpetradas por el servicio de la fe. Complicado que no te hierva la sangre viéndola, pero es absolutamente cautivadora por cómo te cuenta la historia y por cómo se construye cada personaje que aporta justo lo necesario a una trama que en seis episodios dice mucho. Grita prácticamente.

"[...]Do not stand at my grave and cry,
I am not here.
I did not die."