Crítica de Kimetsu no Yaiba: Guardianes de la Noche por Pinwi

Kimetsu no Yaiba: Guardianes de la Noche (o Demon Slayer) es una serie de animación.

En una aldea de una época similar al Japón feudal, un joven regresa a casa para descubrir que su familia ha sido cruelmente asesinada y su hermana convertida en demonio. Ahora, junto a su hermana, emprenderá un viaje en el que se encontrará demonios y matademonios, enemigos y aliados, para conseguir ayudar a su hermana.

Venía yo aquí conociendo sólo el aspecto de algunos personajes gracias a los Funkos y por las incansables recomendaciones de un amigo.

Pues bien, me he topado con una serie con un fuerte componente dramático, una comedia basada como suele ser habitual es cambios de animación y simpáticos cambios de humor, además de un lenguaje que podría considerarse adolescente que le sienta bien, pero sobre todo, una animación brutal en sus escenas de acción. Todo lo demás podrá gustar más o menos, pero creo que es indiscutible que la animación está en un puesto bastante top en lo que se refiere a la espectacularidad de cuando toca ponerse espectacular.

En cuanto a las tramas, por lo general van bastante al grano y revelan un submundo de matademonios que resulta interesante.

El conjunto resulta en un producto bastante bueno, quizá no me ha conquistado tanto como a otros usuarios a los que he leído por aquí, pero sin duda es un anime bastante notable.

Una pega que le tengo que poner y con la que creo que habrá consenso: me habría gustado que la serie no acabara así, la quinta temporada termina de una forma demasiado abrupta, además, no sabía que el final lo darían en forma de trilogía cuando he llegado a ese último episodio, con lo que el chasco ha sido notorio.