Redactada: 2025-09-07
Zerocalcare no es una persona que se deje nada en el tintero a la hora de poner en pantalla sus relatos. No pretende ser objetivo y, mucho menos, viene a ofrecernos una panorámica general de un problema global. No. Zerocalcare viene a hablarnos de su realidad a pie de calle, de su experiencia como habitante de la periferia de Roma, de su concepción de la problemática que muchos de sus vecinos residentes han tenido contra la inmigración y del auge imparable de la ultraderecha más fascista de los últimos años. Zerocalcare no se va a quedar en mitad de la calle separado por dos mares sin posicionarse políticamente sobre el momento que estamos viviendo, porque las noticias llegan, impactan, nos cabrean y acaban abandonándose en un saco inestable dentro de nuestro cerebro; lo cual me parece un mecanismo de supervivencia que nos permite levantarnos de la cama cada mañana. En esta continuación que nada tiene que ver con ‘Cortar con la línea de puntos’, opta por la reflexión humanitaria centrando toda la historia en un grupo de inmigrantes ilegales llegados en una patera y recluidos en un centro en su barrio. Enfrentamientos, violencia y mucha tensión son los escenarios que se viven a las puertas de este centro que servirá para contar otra historia de igual importancia. La historia de la melancolía ante una amistad perdida y la incapacidad para reavivar esa llama que os mantenía unidos. Porque ya no estáis unidos, el mundo ha cambiado, ya no sois los mismos de hace 20 años y el dolor es una cicatriz demasiado punzante. Y todos sabemos que, si no cuidamos bien de las cicatrices, estas no se curarán jamás. De modo que con la llegada de Cesare, Zero tendrá que emplear a su conciencia – armadillo más de la cuenta para entender por qué alguien que significó tanto para él, tomó un camino tan lejano al suyo. Somos dueños de nuestro destino sí, pero no de los acompañantes que nos eligen en su propio destino.

Sigue ahondando en las incertidumbres diarias, en el estancamiento vital, en el no encontrar tu lugar, el desempleo, la miseria, las drogas, la incertidumbre por el futuro y el intentar entender qué ha llevado a nuestros amigos a tomar las decisiones que han tomado, porque no todo es blanco o negro en esta vida. Y ahí es donde brilla la pluma de Zero, en los grises, las grietas, los escondrijos en los que encontramos a otras personalidades que no pueden alzar la voz como nosotros lo haríamos. Sigue siendo una serie tan breve y emotiva como su predecesora acompañada de un repertorio musical que es un absoluto gozo para mis oídos. Supongo que la tituló ‘Este mundo no me hará mala persona’ porque ‘Este mundo no me hará mala persona porque tengo conciencia de clase’ le quedaba muy largo. Aguante Zerocalcare y viva siempre la lucha obrera.

«Imagina que siempre tienes una persona a la que acudir, un faro que te recuerda a dónde tienes que ir. Podrías perderte en la oscuridad, en una tormenta y estar abandonado, pero sabes que ese faro siempre estará ahí. Te has apoyado tanto en ese faro que has construido un pueblo y tu vida a su alrededor. Dabas por hecho que siempre estaría ahí. Entonces un día, de repente… te quedas a oscuras en medio de los escombros».
Guion
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Banda sonora
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Valoraciones en tu crítica:

Comentarios

PTG 333
Comentario de CrisCristii hace 1 mes
Mira de verdad, quiero vivir en esta crítica eternamente y morir en ella.
Nos faltan Zerocalcares que se mojen y llamen abiertamente nazis a los nazis, siempre en su equipo, nunca en su inequipo.
PTG 111
Comentario de Sandris hace 1 mes
@CrisCristii

Gracias siempre por entenderme tan bien, porque somos dos cerebros espachurraos atrapados por las mismas ideas ♡. Amamos a Zerocalcare, amamos la lucha de clase y amamos la vida. ¿Nos vamos a por un gelatto?
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