Crítica de El tren infinito por MrPenguin

El paso hacia la vida adulta suele ser un proceso complicado, no solo porque durante la adolescencia tendamos a ser un poco drama queens, sino porque además todavía no sabemos muy bien cómo lidiar con algunos de los muchos problemas que podemos encontrarnos. A veces habríamos deseado que todas esas dificultades se solucionasen mágicamente, y es precisamente con ese concepto con el que juega en parte 'Infinity Train': haciendo que realidad y fantasía se den la mano para enfrentar a los personajes con sus problemas y así ayudarlos a tratar con ellos, pero no a golpe de magia, sino a través del autodescubrimiento y permitiendo que aprendan durante el camino.

Con su interesante propuesta, 'Infinity Train' traspasa la barrera de la animación juvenil para adentrarse en una temática atractiva para cualquier tipo de público, planteando conflictos con los que muchos podrán sentirse identificados. Cada una de sus temporadas es autoconclusiva y nos presenta a uno o varios personajes que son arrastrados a un misterioso tren formado por un sinfín de extraños vagones, encerrando cada uno de ellos un universo diferente con sus propias y disparatadas reglas. Para poder salir del tren, cada personaje se embarcará en una reflexiva odisea personal en la que deberán aprender a trabajar con sus sentimientos y sus problemas, dándoles así una nueva manera de enfocar su vida en la vuelta al mundo real.

Que nadie se deje influir por la decisión de HBO Max de cancelar la serie, porque, a pesar de ello, subirse a bordo de 'Infinity Train' supone un entretenido y apasionante viaje hacia esa madurez emocional que, tengas la edad que tengas, siempre está abierta a seguir creciendo.