Redactada: 2024-02-25
Creada por la entonces pareja Andy y Susan Borowitz para paliar los graves problemas económicos de Will Smith a finales de los 80, ”El Príncipe de Bel-Air” es un clásico de la sitcom estadounidense y que puso al rapero en la estratosfera de Hollywood y le convirtió en la mayor estrella de los 90 a nivel mundial.
Esta serie se basa en un tema clásico y que reflejaba los problemas de entonces de Estados Unidos, aunque no podamos decir que en la actualidad haya cambiado mucho: las diferencias sociales y los conflictos y situaciones cómicas que pueden engendrar. Además, la mayoría de los personajes eran negros, lo que nos acercaba a una serie de problemas que fuera de EEUU, nos resultaban bastante ajenos. Interpretando una versión ficticia de sí mismo, Will Smith se vio enviado del oeste en Philadelphia donde crecía y vivía sin hacer mucho caso a la policía hasta Bel-Air, un barrio muy rico de Los Ángeles (California), en medio de la familia de su madre, muy alejada de sus preocupaciones de entonces. Si la serie ha funcionado tan bien a lo largo de todas sus temporadas, ha sido probablemente gracias a la calidad de su guión, juegos de palabras más elaborados y momentos mucho más conmovedores.
Asimismo, todos los personajes en mayor o menor medida se han convertido en personajes de culto, obviando a Will Smith en un papel que le va como anillo al dedo el gamberro con buenas intenciones que siempre la lía, qué decir del excepcional Alfonso Ribeiro como el divertidísimo primo empollón Carlton Carlton haciendo sus cosas de Tom Jones, Karyn Parsons como la prima Hillary, que es tan tonta como superficial menos mal que Instagram no existía, Joseph Marcell como Jeffrey el cáustico mayordomo inglés y, sobre todo, el inmenso, gigantesco, titánico James Avery como el tío Phil, que es indescriptiblemente complejo, hilarante, conmovedor, justo y, sencillamente, brillante. La serie, muy cálida y familiar, adolece sin duda de una temporada de más y de algunos episodios que no son tan divertidos como los demás, pero su hornada de estrellas invitadas compensa todas estas carencias. Es genial ver a Nia Long, Chris Rock y Ben Vereen haciendo pequeñas apariciones. Una de las críticas que le haría es el cambio de la actriz que interpretaba a la tía Viviane, perdió parte de su encanto. No podemos olvidar, sus inolvidables títulos de crédito, el baile de Carlton que ha pasado a la historia, la ternura de la escritura y las risas que provoca, “El Príncipe de Bel-Air” es un auténtico clásico de las series de televisión estadounidenses. En términos de series familiares, es la mejor que hemos visto desde entonces. Quizá pertenezca a una época pasada. En cualquier caso, no ha envejecido nada. Una verdadera obra maestra de la televisión.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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