Redactada: 2021-01-27
Corrupción en Miami, la serie. En esa pléyade de series de los 80, tan veneradas como vilipendiadas, que entretuvieron a un público variado y heterogéneo a lo largo de esos años; con aventuras de equipos al margen de la ley; algún reparatodo que con un destornillador y cinta americana le bastaba para hacer un tanque; con coches, motos y truenos fantásticos y algún gran héroe más allá del mar..., otra de las series icónicas, en el apartado policiaco, es "Miami Vice".

Claro que la estética asociada a la serie se recuerda con esa visión de un tiempo pasado, con esas hombreras, esos colores pastel, ese glamour mezclado con esa parte oscura por debajo, esas noches americanas con banda sonora de fondo, conduciendo un Ferrari Testarossa..., La forma podía parecer exagerada, pero engarzaba tan bien con el fondo, que parecía creíble, aparte de entretenida. En ninguna de las series modernas que han intentado ser sucesoras ( las que no han sido innovadoras), he visto que logren cuadrar esa parte de glamour, con los bajos fondos y la cruda realidad. Tienen, con suerte, otras cosas, pero no los mismos componentes.

Si en "Canción Triste de Hill Street" se reflejaba más el espíritu urbano y callejero de los conflictos policiacos-criminales de las grandes ciudades americanas, "Corrupción en Miami" ahondaba más en la corrupción y crimen de alto rendimiento, de los grandes cargamentos de drogas que entraban por Miami y todo lo que conllevaba. Desde el origen en sus tratos fronterizos, como la afectación en los últimos escalones, con el camello de a pie y los compradores drogadictos. Eso sí, si tienes que lidiar con los grandes capos, tienes que ir con la apariencia y el glamour que exige ese nivel. Ahí es donde Sonny Crockett y Ricardo Tubbs se mueven como pez en el agua, aunque no sin que eso les afecte en su faceta personal, que a lo largo de la serie va progresando. Estas dos series tienen el nexo común de Anthony Yerkovich, ya que fue guionista de "Canción Triste de Hill Street" y a él le encargaron crear una nueva serie de estilo parecido pero diferente, y fue el creador en primera instancia de "Corrupción en Miami". Esos nexos en común en el tratamiento se notan.

Si bien la pareja protagonista es quien lleva el peso en mayor medida; el plantel que los rodea, cumple muy bien en ese enlace con la vida más terrenal de la policía, en sus vidas y conflictos menos glamurosos. Aquí destaca sobremanera el Teniente Castillo, interpretado por Edward James Olmos que, continuando espiritualmente con lo que hizo en Blade Runner, con toda la distancia de una producción a otra, encarna ese padre y mentor que siempre está ahí y en el que todos buscan la aprobación y su apoyo en ciertos momentos. Su sobriedad y liderazgo, hace que en momentos importantes que pudieran parecer de lucimiento de victoria para los protas, les baje de las nubes y los ponga a nivel subterráneo, y siendo los 80 muy de "happy ending", esa diferencia es importante.

Respecto a la música y banda sonora. Las canciones están muy bien integradas en las diferentes historias y en los momentos precisos, tanto de tensión, como en los desenlaces, que dejan ese sabor agridulce con victorias pírricas a veces... o no; pero con un alto precio en ocasiones. Los diferentes temas de Jan Hammer, aún pasando tantos años, son recordables y símbolos de una era.

El estilo en su forma visual es muy ágil, con una escenografía de videoclip por momentos, pero con una excelente mezcla de ritmos, con momentos lentos que daban poso a las situaciones cuando se necesitaba. Ese estilo y calidad por parte de Michael Mann, que estuvo en las primeras temporadas, le dio esa personalidad que utilizó bastante en sus películas posteriores. Puede que en las últimas temporadas, se baje un poco el listón, pero aún así, mantiene un nivel muy aceptable.

Ahora, tal vez es fácil englobarla en el conjunto de series ochenteras, en las que se trata a la mayoría con condescendencia sobre lo que fueron y lo que son viéndolas a ojos de hoy en día; pero creo que Corrupción en Miami, en muchos aspectos, se podría defender bastante bien en comparación con muchas series de policías de ahora.. la verdad... aparte de la estética (que a muchos ya les gustaría en secreto que volviera.. de nuevo..), en sus tramas y fondos, tiene su atemporalidad y calidad.

Vale... no cualquiera tenía un cocodrilo de mascota...
Guion
4 ✮
Banda sonora
5 ✮
Interpretación
4 ✮
Efectos
4 ✮
Ritmo
5 ✮
Entretenimiento
5 ✮
Complejidad
3 ✮
Sentimiento
4 ✮
Duracion
4 ✮
Credibilidad
4 ✮
Fotografía
5 ✮
Dirección
4 ✮

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