Crítica de Cómo cazar a un monstruo por JPQP
Redactada:
2024-09-15
Carles Tamayo forma parte de la nueva ola de youtubers que en lugar de centrarse en el entretenimiento se centraron en la divulgación (aunque no por ello falta entretenimiento en los vídeos de dichos creadores).
Su trabajo periodístico es brutal, incluyendo el documental sobre el Palmar de Troya que le hizo conocido, en el que se incluye una infiltración en dicha secta.
Por otro lado, como parece ser habitual en muchos youtubers, por momentos se le nota un ego brutal, como el experimento social que hizo sobre fake news en el que parecía más interesado en mostrarse como un genio que en señalar una problemática muy grande en la actualidad.
Este documental parece beber de ambos lados, y es que en lo que a ego se refiere, el documental empieza con una presentación de Tamayo que sumado a su presencia durante toda la serie (aunque sea más un sujeto pasivo que simplemente dirige preguntas a Gros) hace que por momentos sea el protagonista de la misma.
En parte entiendo el motivo: era importante tanto presentar a Tamayo para quien no conociera su canal de YouTube, como entender porque un criminal como Lluís Gros decide contactarle precisamente a él para hacer un documental sobre su vida.
La cuestión es que si esto fuera su canal en YouTube se entendería perfectamente este protagonismo porque al fin y al cabo un canal suele ser algo personal; cuando el documental pasa de ser algo para este canal personal a ser algo de una plataforma de streaming deja una sensación algo extraña, aunque por suerte, a excepción de momentos muy puntuales, es algo que ocurre solo en el primer episodio (especialmente en esta introducción).
Yendo a la otra parte que señalaba, creo que es un documental tremendo, en el que aunque tal vez no acabe de responder la cuestión central del documental (dicha por Tamayo en todas las entrevistas sobre el documental que he visto) que es la impunidad, porque realmente no llega a dar si quiera una hipótesis de porque Gros no fue detenido teniendo una sentencia firme (aunque esto es en cierta manera más objetivo), sí logra presentarnos ese lobo con piel de cordero y que logremos entender porque en tantos casos similares el monstruo en cuestión sigue siendo defendido como si fuera víctima de una injusta conspiración en su contra (como ya se viera con el caso de Dan Schneider), porque es un absoluto manipulador.
También, en un primer momento pensé que a diferencia de Quiet on Set, donde lo primordial son las víctimas, estas no tendrían ningún papel en este documental, sin embargo sí tendremos la aparición de varias dando sus testimonios lo que quita peso a la omnipresencia de Gros a lo largo de los tres capítulos.
Algo que pesa un poco en la narración es el montaje, que sobre todo de cara al final empieza a ser peliculero y por momentos hace que parezca esto un mockumentary (de hecho es uno de los motivos que quise ver las entrevistas, para comprender mejor esas cuestiones), aunque si captas el detalle que se menciona en el primer episodio de que Tamayo lleva con el documental cuatro meses, aunque el montaje de la impresión de que son eventos que ocurren a lo largo de una o a lo sumo dos semanas, más o menos hace que seas capaz de entender que toda esa tensión propia del cine es una cosa de postproducción.
Probablemente lo más curioso es como el final se pretende mantener como un spoiler ultrasecreto a lo largo de las entrevistas que da Tamayo cuando, obviando los titulares que salieron hace dos años (cuando tuvieron lugar los eventos del documental), el propio creador en su canal colgó la escena con la que culmina el documental, con lo que es sorprendente el celo para guardar como misterio algo que se podía saber desde hace años.
En definitiva, Cómo cazar a un monstruo es un documental duro; aunque tampoco me he centrado en ese aspecto en la crítica, es un documental de true crime sobre un pederasta que pasó años cometiendo abusos impunemente, y aunque los hechos no son narrados de forma muy explícita, siguen siendo eventos bastante duros como para recomendar a cualquiera verlo.
Pasando por alto esto, aunque considero que es un gran documental tanto en su realización como en el posterior montaje (sin entrar en spoiler, me parece magnifico cierto plano en el cementerio, que si veis el documental sabréis inmediatamente cual es), el peso de Tamayo lastra un poco la calidad por lo que dije de no ser su canal sino una plataforma que de hecho es internacional.
Espero que Carles tenga la oportunidad de hacer otro documental en el futuro con los mismos medios pero en el que no acabe siendo parte del mismo para eliminar el que considero el mayor defecto de la obra.
Su trabajo periodístico es brutal, incluyendo el documental sobre el Palmar de Troya que le hizo conocido, en el que se incluye una infiltración en dicha secta.
Por otro lado, como parece ser habitual en muchos youtubers, por momentos se le nota un ego brutal, como el experimento social que hizo sobre fake news en el que parecía más interesado en mostrarse como un genio que en señalar una problemática muy grande en la actualidad.
Este documental parece beber de ambos lados, y es que en lo que a ego se refiere, el documental empieza con una presentación de Tamayo que sumado a su presencia durante toda la serie (aunque sea más un sujeto pasivo que simplemente dirige preguntas a Gros) hace que por momentos sea el protagonista de la misma.
En parte entiendo el motivo: era importante tanto presentar a Tamayo para quien no conociera su canal de YouTube, como entender porque un criminal como Lluís Gros decide contactarle precisamente a él para hacer un documental sobre su vida.
La cuestión es que si esto fuera su canal en YouTube se entendería perfectamente este protagonismo porque al fin y al cabo un canal suele ser algo personal; cuando el documental pasa de ser algo para este canal personal a ser algo de una plataforma de streaming deja una sensación algo extraña, aunque por suerte, a excepción de momentos muy puntuales, es algo que ocurre solo en el primer episodio (especialmente en esta introducción).
Yendo a la otra parte que señalaba, creo que es un documental tremendo, en el que aunque tal vez no acabe de responder la cuestión central del documental (dicha por Tamayo en todas las entrevistas sobre el documental que he visto) que es la impunidad, porque realmente no llega a dar si quiera una hipótesis de porque Gros no fue detenido teniendo una sentencia firme (aunque esto es en cierta manera más objetivo), sí logra presentarnos ese lobo con piel de cordero y que logremos entender porque en tantos casos similares el monstruo en cuestión sigue siendo defendido como si fuera víctima de una injusta conspiración en su contra (como ya se viera con el caso de Dan Schneider), porque es un absoluto manipulador.
También, en un primer momento pensé que a diferencia de Quiet on Set, donde lo primordial son las víctimas, estas no tendrían ningún papel en este documental, sin embargo sí tendremos la aparición de varias dando sus testimonios lo que quita peso a la omnipresencia de Gros a lo largo de los tres capítulos.
Algo que pesa un poco en la narración es el montaje, que sobre todo de cara al final empieza a ser peliculero y por momentos hace que parezca esto un mockumentary (de hecho es uno de los motivos que quise ver las entrevistas, para comprender mejor esas cuestiones), aunque si captas el detalle que se menciona en el primer episodio de que Tamayo lleva con el documental cuatro meses, aunque el montaje de la impresión de que son eventos que ocurren a lo largo de una o a lo sumo dos semanas, más o menos hace que seas capaz de entender que toda esa tensión propia del cine es una cosa de postproducción.
Probablemente lo más curioso es como el final se pretende mantener como un spoiler ultrasecreto a lo largo de las entrevistas que da Tamayo cuando, obviando los titulares que salieron hace dos años (cuando tuvieron lugar los eventos del documental), el propio creador en su canal colgó la escena con la que culmina el documental, con lo que es sorprendente el celo para guardar como misterio algo que se podía saber desde hace años.
En definitiva, Cómo cazar a un monstruo es un documental duro; aunque tampoco me he centrado en ese aspecto en la crítica, es un documental de true crime sobre un pederasta que pasó años cometiendo abusos impunemente, y aunque los hechos no son narrados de forma muy explícita, siguen siendo eventos bastante duros como para recomendar a cualquiera verlo.
Pasando por alto esto, aunque considero que es un gran documental tanto en su realización como en el posterior montaje (sin entrar en spoiler, me parece magnifico cierto plano en el cementerio, que si veis el documental sabréis inmediatamente cual es), el peso de Tamayo lastra un poco la calidad por lo que dije de no ser su canal sino una plataforma que de hecho es internacional.
Espero que Carles tenga la oportunidad de hacer otro documental en el futuro con los mismos medios pero en el que no acabe siendo parte del mismo para eliminar el que considero el mayor defecto de la obra.
Guion
4 ✮
Banda sonora
4 ✮
Interpretación
5 ✮
Efectos
3 ✮
Ritmo
5 ✮
Entretenimiento
5 ✮
Complejidad
3 ✮
Sentimiento
5 ✮
Duracion
5 ✮
Credibilidad
5 ✮
Fotografía
5 ✮
Dirección
5 ✮
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