Crítica de Ash vs Evil Dead por MartaPD

Ash vs. Evil Dead es la serie secuela de las películas de culto de Evil Dead de Sam Raimi o, lo que es lo mismo, comedia de terror gore con litros y litros de sangre, cuerpos desmembrados, demonios, sierras mecánicas que cortan cabezas y muchos muchos tiros, muertes hiperbólicas y sangrientas y diversión, siempre y cuando no seas demasiado susceptible a todas las tripas y fluidos corporales con las que te bañarán en cada capítulo.

Sin ser yo especialmente fan de este género, me he descojonado con lo surrealista y macarra que es todo. Bruce Campbell vuelve a retomar su papel como Ash, el típico crápula que ya tiene una edad pero vive en una caravana bebiendo mucha cerveza y buscando "echar alguna canita al aire" de vez en cuando. Sin que sepas cómo el tío es un puto desastre vital, pero es el único al que se le da soberanamente bien matar demonios y salvar al mundo con planes absurdos que terminan funcionando. No está solo, lo acompañan Kelly y Pablo, un dúo que funciona genial y le cubre muy bien las espaldas; y la gran Lucy Lawless, que siempre mejora todo en lo que sale. La serie lleva hasta el absurdo el género gore de serie B con mucho humor físico, peleas que terminan con grandes chorros de sangre casi siempre y una irreverente manera de divertirse y no tomarse demasiado en serio a sí misma. Bruce Campbell está estupendo, se nota que disfruta de este personaje y, aunque parezca increíble, Ash termina haciéndose querer y ganándote a poquitos, ya que la serie añade sus poquitos de drama muy muy ligero para profundizar en los personajes y desear que les salga todo lo mejor posible.

Hay que reconocer que hay escenas inenarrables de las gilipolleces y asquerosidades que se les ocurren, son un pelín nauseabundas, pero si no eres una persona super aprensiva merece la pena pasar por ello y comprobar lo bien que te lo puedes llegar a pasar. Ash vs. Evil Dead es una serie gamberra, cañera y con un ritmo endiablado en la que siempre están pasando cosas. Bastante rockera y badass, con un final que abría las posibilidades a continuar la historia de otra manera pero que resulta más que satisfactorio tras su cancelación. Ni siquiera tienes que haber visto la peli original para pasártelo de la hostia. Una mamarrachada divertidísima. Shoot first, think never!