Críticas de Monstruo: La historia de Ed Gein

Logeate para poder valorar esta serie

La impactante historia real de Ed Gein, el infame asesino y profanador de tumbas que sirvió de inspiración para numerosas películas emblemáticas de Hollywood sobre asesinos.

2025
min
Drama Crimen

RESEÑAS Y VALORACIONES DE Monstruo: La historia de Ed Gein

De las 3 temporadas, sin duda alguna esta es la mejor. Voy a dejar de lado la parte en que la victimizan al asesino y vamos a hablar de los crossover que hacen y que por eso es la mejor temporada. Crossover con las películas que se basaron en Ed Geni, asesinos en serie que siguieron su ejemplo o simplemente hicieron atrocidades y el crossover con Mindhunter. No cabe debate alguno en que esto sí es una buena temporada.

Valoraciones en tu crítica:

Sin duda, la temporada de Monster que más me ha gustado. El final me ha dejado hecha polvo pero, no me ha gustado nada la cantidad de licencias creativas que se han tomado dando por hecho cosas que ni siquiera están comprobadas. Hacia la mitad de la serie desconecté y dejé de pensar que estaba viendo una serie sobre un asesino y empecé a disfrutar una serie de ciencia ficción, porque el 80% de cosas que se mencionan distan mucho de la realidad

Valoraciones en tu crítica:

Creo que nunca me había disgustado tanto que una serie no se ajustase a la realidad de lo que narra, teniendo en cuenta que está basada en hechos reales y debería haber sido una especie de obra biográfica con ciertas modificaciones. El 80% de lo que se cuenta es completamente mentira y especulación: desde la necrofilia hasta el canibalismo, pasando por la relación que tuvo Ed con su vecina o por los delirios que tenía con los nazis o pillando a Ted Bundy. Nada de lo anterior está confirmado y es, más bien, recursos que ha usado Ryan Murphy para añadir más tensión y drama a la serie, cosa que me apena mucho porque han omitido partes importantes como el maltrato que tanto él como su hermano sufrieron de niños a manos de su padre y adjudicándole tanto muertes como desapariciones de las que se desconoce si fue responsable o no (aunque la balanza se decanta más por el no).

Es una serie que lejos de adentrarse en la mente del asesino, crea un retrato ridículo de una persona que estaba enferma y sufrió maltrato durante toda su vida, además de aislamiento y reclusión. Lejos de empatizar con las víctimas, me pasé los dos últimos capítulos llorando por la imagen que dan de un hombre que fue víctima de sus circunstancias. La misma imagen que llevan perpetuando desde que se estrenó Psicosis hasta el día que salió esta serie.

Por no hablar de que, si estoy viendo una serie sobre "true crime", quiero ver crímenes reales y qué llevó al asesino a cometerlos, no ver un elogio durante 2 o 3 capítulos de la historia del cine de terror y de todas las películas que se han hecho inspirándose en Ed Gein. Además, ¿lo de meter las terapias de conversión de Anthony Perkins o hacer alusión a que Hitchcock le escogió para el papel de Norman Bates porque él tenía un oscuro secreto al igual que Ed Gein (comparando los asesinatos con la homosexualidad) qué mierdas ha sido? No sabía que estaba viendo un reportaje sensacionalista y homófobo de los años 50.

La serie merece únicamente la pena por la interpretación de Charlie Hunnam que, honestamente, lo borda. Es por lo único por lo que le pongo una nota tan alta.

Valoraciones en tu crítica:

Resumiendo, otra obra en la que Murphy convierte el true crime en un thriller sexual. Ed Gein inspiró a algunos de los asesinos más icónicos del cine, y en ese sentido la serie cumple su cometido. Pero a diferencia de Dahmer, que logró mantenerme incómoda de principio a fin, aquí salvo alguna escena desagradable no llega a impactarme. Me resulta especialmente discutible ese trasfondo misógino en el que lo presentan como un hombre enfermo y vulnerable, manipulado por una femme fatale como Adeline, que lo pervierte y lo empuja al mal y al desequilibrio. Es su culpa, y también la de su madre, igual que ocurría con la figura materna de Andrew Cunanan en El asesinato de Gianni Versace. Igual Murphy debería soltar el lápiz por un tiempo. Me esperaba más, aunque sí aplaudo la interpretación de Charlie Hunnam y el hecho de verlo fuera de su zona de confort.

Valoraciones en tu crítica:

7.5 / 10
Monstruo: la historia de Ed Gein es la tercera temporada perteneciente a la serie antológica de 'Monstruos' creada por Ryan Murphy, protagonizada en este caso por Charlie Hunnam, Laurie Metcalf y Suzanna Son.

En los años 50, un tipo de Wisconsin, introvertido, devoto de su madre ultra católica, la cual lo tenía psicológicamente destrozado y aislado del mundo, ocultaba en su interior una curiosidad que aterrorizó al mundo, pero también despertó la curiosidad de muchos por lo macabro que era.

Empezaré con la reflexión: mucho se ha hablado del público que consume y disfruta este tipo de series/películas, pero ¿alguien se pregunta cómo está el asunto dentro de la cabeza de Ryan Murphy?

Estamos ante una serie perturbadora, horrorizante, macabra, pero a la vez, Ryan consigue sacar cierta poesía y elegancia de un tipo haciendo 'arte' con piel humana.
La serie explora hasta lo más profundo de la psique de Ed Gein, su soledad, su forma de ser, sus aficiones... en una serie que se asemeja más a la primera entrega que a la segunda (más a la de Dhamer que a la de los hermanos Menéndez), pero agradezco que no romantice tanto como aquella, aunque de forma más o menos inevitable, en ocasiones Ed se muestra víctima de sí mismo o también frivolizan un poco en según qué momentos o con según qué muertes.

La serie también explora la influencia que Ed tuvo en el resto del mundo, tanto en el cine como en otros asesinos. En este sentido, hace muchos guiños que no han estado mal, pero sí que es cierto que con el primero de todos (Psicosis) , se me hizo demasiado extendido, desarrollando un poco en exceso esa parte y aplomando los primeros episodios. En cierto modo, se desvió el foco.

En cualquier caso, me considero bastante curado de espanto con no pocas películas con desmembramientos, y aquí han conseguido que ciertos momentos me incomoden. Así que por esa parte bien jugado.

Pero para bien jugado, el trabajo de Hunnam. Creo que hace un papelazo para un personaje que psicológicamente ha debido ser muy exigente.

Eso sí, no me gusta que inventen. Estás haciendo un personaje real que da muchísimo de sí, no veo necesario inventar. La serie da por hechos algunos asesinatos que no se demostraron, además del romance, aunque luego se deje caer que se lo pudo imaginar, la subasta de sus pertenencias, y tengo entendido que sí que el estudio de su personalidad ayudó a crear perfiles de psicópatas, pero Ed personalmente no ayudó tan activamente a detener a nadie.

En cualquier caso, me sigo quedando con el tono, con Hunnam y con los momentos que lograron incomodarme como hacía tiempo que no lo hacía. Creo que acaban de poner el listón muy alto para futuras entregas, porque monstruos hay muchos, pero lo que aquí se ha visto, igual no hay tanto, y volver a una temporada como fue la segunda, después de esto, es cambiar mucho el tono.

Valoraciones en tu crítica:

7 / 10
Como apasionada del true crime soy la primera en reconocer lo macabro de mi deleite. Soy la primera en ser consciente de que realizar series de este tipo pueden traer mucho dolor y avivar demasiados recuerdos en aquellas víctimas o parientes que todavía viven. La clave es no romantizar la violencia, no romantizar a estos asesinos y tener cuidado con los discursos que se defienden a capa y espada en nombre de la libertad de expresión. Entiendo que haya gente a la que le disgusten profundamente este tipo de contenidos y también entiendo a los que esperamos con ansias cada una de estas series episódicas, porque la sensibilidad es un mecanismo que funciona como un reloj suizo, ni una ni otra opción te hace ser un desalmado. Conocer las obras de estos asesinos, sádicos y perversos es también un modo de mirar a un reflejo en el espejo, un reflejo que nos interpela y nos pregunta por qué llegamos a endiosar en la cultura pop a personajes de esta calaña. Enviar cartas a asesinos en serie, legiones de fans, presas que incluso se pelean por ver quién tiene más episodios en ‘Crims’… La maldad es algo tan inabarcable y oscuro que muchas veces cae víctima del sensacionalismo más morboso, porque ¿quién es el verdadero monstruo? ¿El monstruo en sí o nosotros que nos quedamos mirando a la pantalla sabiendo lo que vamos a ver? ¿Nos convierte esto en cómplices de una fina línea argumental en la que la ética y la moral se vuelven cada vez más borrosas?.

‘Monstuo: la historia de Ed Gein’, nos presenta a un hombre peculiar de la Norteamérica profunda que vive en un aislamiento total, ensombrecido por la figura de su madre, con la que desarrolla una obsesión enfermiza. Por su particular tono de voz, su cara de niño bueno y sus vibes de paleto creepy con cadáveres hasta en las paredes, Ed Gein es uno de los nombres que más se recitan cuando hablamos de crueldad. Y con razón. Un número de asesinatos sin concretar, actos de una violencia, tortura y abuso tan espeluznantes que ni siquiera encuentro palabras para definir, Ed Gein descubre su “afición” tras contemplar fotos del exterminio nazi en la II Guerra Mundial. Descubre que la maldad del ser humano es tan enorme, vasta, asquerosa y llamativa, que él puede hacer lo mismo; que él puede crearse su propio museo para honrar a su madre y que su nombre perdure en la historia.

Así como Evan Peters se convirtió hasta la médula en Jeffrey Dahmer, Charlie Hunnam hace lo propio y regala la que posiblemente sea la actuación de su carrera. Escalofriante, malrollero y con una sonrisa que hiela la sangre, Ed Gein es la fuente propicia de la que alimentarse en cuanto a terror se refiere, sobre todo en el cine. ‘El silencio de los corderos’, ‘La matanza de Texas’ o la propia ‘Psicosis’ aparecen en la serie como retazos de la influencia de este depredador y, aunque Ryan Murphy se toma demasiadas licencias poéticas para abarcar este personaje, no deja de ser un retrato bastante horripilante de eso que sabemos que existe, pero preferimos creer que no. Como si apartando la mirada los monstruos fuesen a tener clemencia, pero ellos siempre están ahí… Dispuestos a devolvernos la mirada.

Valoraciones en tu crítica:

0 10 7.2 67