Crítica de Viaje alucinante por MartaPD

Clasicazo homenajeado y referenciado hasta la saciedad en el que se organiza una misión a bordo de un submarino para ser miniaturizada a tamaño microscópico e introducida en el cuerpo humano con objeto de salvar a un señor en coma. Obviamente los efectos son viejunos con mucho, pero que mucho croma por todos lados pero tampoco creo que sea algo criticable porque eran los 60 y con los recursos técnicos que había estoy segura de que esto fue una gran sorpresa, por anticuada y poco realista que se sienta a día de hoy. A la vista está su enorme influencia posterior.

La realidad es que es una película bastante lenta, he visto cosas mucho mejores. Además, son 4 hombres y 1 mujer que no puede escapar al machismo de la época porque "una mujer no puede estar en una misión como esta", con la condescendencia y sexualización habituales. Digamos que encaja en los estándares de la década, tanto en su ritmo como en su forma de representación social. Es la típica ciencia ficción que lo rifa todo a una gran idea, sin una trama trepidante o unos buenos personajes. Yo misma te podría haber dicho quién era el saboteador desde el principio, obviamente no iba a ser el buen científico que habla del diseño inteligente de dios, porque estos son yanquis. Momentos torpes que te hacen preguntarte por qué también los hay: momento "soy claustrofóbico, dejadme salir!", algo que no se le ocurrió mencionar en ningún momento antes de la misión por lo que sea; o por qué cogen la jeringuilla con máquinas, ¿no acaban antes haciendo el proceso con una persona que la coja y la inyecte sin más? Son solo un par de ejemplos.

No es muy larga y, aún así, es un poco tediosa. Su gran valor está en buscar recrear de forma bastante original y como podían en la época todo ese viaje por el interior de la sangre y los órganos humanos. La de conocimientos científicos que habrán ido acumulándose hasta la actualidad y dejándola completamente obsoleta seguro que son muchos, pero esto es un Fantastic Voyage y, como tal, se mueve en el terreno de lo fantástico.