Crítica de Twisters por gjulo

¿Qué puede haber mejor que una buena ráfaga de tornados para refrescar a los espectadores tostados por los rayos UV del verano? Secuela/reposición contemporánea de la película de Jan de Bont de hace casi treinta años, "Twisters" tiene el mérito de recordarnos que definitivamente no es buena idea que la humanidad se codee con el poder incontrolable de la Madre Naturaleza, especialmente con su muy logrado comienzo, en el que un grupo de jóvenes estudiantes de meteorología ven literalmente truncadas sus esperanzas de dominar estos vientos dantescos junto con algunos de sus colegas.
Todavía conmocionada cinco años más tarde, Kate Carter, una talentosa observadora de tornados, es llamada de nuevo por su antiguo colega Scott, también superviviente de esta terrible prueba, para poner a prueba una revolucionaria forma de aprender el peligro y la multiplicación de estos vientos mortíferos en Oklahoma...
Hasta aquí este planteamiento básico, a través del cual la bella chica tendrá que superar, obviamente, su traumático pasado para enfrentarse a un tornado aún más desagradable, ayudada en el camino por un famoso Youtuber local y su equipo, expertos en dar caza a estos monstruos climáticos. Y, a decir verdad, al igual que con su predecesora, eso es todo lo que podíamos pedirle a "Twisters", una película de catástrofes que a veces huele a los blockbusters de antaño, con su primer grado que se ha vuelto casi anacrónico en este tipo de producciones de Hollywood, donde el poder cataclísmico de sus tornados, vistos como auténticos ogros que arrasan todo a su paso, Están liderados por un grupo de personajes de innegable simpatía, empezando por el dúo Daisy Edgar-Jones/Glen Powell, que juntos crean una refrescante brisa de romance en la pantalla.
No tan estúpida como parece, contrastando el valor de entretenimiento de estos fenómenos para la mayoría del público con las desastrosas consecuencias para una población angustiada (la escenografía de su final llega incluso a aplastar estas dos visiones en la imagen con cierto regocijo), un poco amnésica sobre la verdadera razón del aumento exponencial de estas perturbaciones meteorológicas (sí,  « Twisters » cumple eficazmente su función de montaña rusa ventosa, con sonrisas y cierto encanto a la antigua usanza, pero sin llegar a impactar tanto como el rugido de una vaca voladora en medio de un tornado.