Crítica de Tres anuncios en las afueras por MrPenguin

La pequeña y ficticia localidad de Ebbing, Missouri, sirve como escenario para 'Tres anuncios en las afueras', un desgarrador drama con tintes de neo western donde la afilada pluma de Martin McDonagh, aquí ejerciendo como guionista y director, nos ofrece un crudo reflejo de la decadencia humana en su máxima expresión. No es casual, de hecho, que McDonagh eligiese "Ebbing" —del inglés "ebb", decadencia— como el nombre de esa recóndita comunidad rural, aunque lo cierto es que si hay una palabra que define a la perfección su particular ecosistema social, esa es, sin lugar a dudas, estancamiento. Nada parece avanzar en un lugar anclado en valores absolutamente caducos; uno lleno de prejuicios y en el que una mujer, Mildred Hayes —genialmente interpretada por una Frances McDormand antológica—, decide utilizar tres vallas publicitarias para denunciar la ineptitud de la policía local a la hora de atrapar al violador y asesino de su hija. El coraje de una madre contra todo un pueblo. Contra todo un sistema.

A priori, una clásica historia de venganza que, sin embargo, tiene bastante poco de clásica. Ni siquiera podría catalogarse como un thriller criminal al uso, sino más bien como una desoladora tragicomedia sobre algunos de los peores males del ser humano, bañada en humor negro y con unos personajes llenos de claroscuros. Todos parecen vivir alejados de cualquier escala moral, ya sea la propia Mildred —tan rota por el dolor como cegada por la rabia y la culpa—, el aparentemente despreocupado jefe de policía Willoughby o el negligente oficial Dixon, pero, al mismo tiempo, todos son a su vez víctimas de unas circunstancias que ninguno de ellos desearon. Tres perfiles totalmente diferentes y tres anuncios que, pese al carácter inmutable de la localidad, cambiarán sus destinos para siempre. Ácida radiografía social sobre los principios más arcaicos de la América profunda y, del mismo modo, genial retrato sobre cómo el desconsuelo, el odio o la búsqueda de la justicia son capaces de redefinir toda nuestra realidad. Sea para bien o para mal.