Crítica de Till, el crimen que lo cambió todo por gjulo
Redactada: 2024-09-22
Se trata de la segunda película de la directora nigeriana Chinonye Chukwu tras "Clemency". Cuesta creer que la directora de la magnífica y conmovedora "Till, el crimen que lo cambió todo" sea la misma persona. Porque aquí el tema emocional es máximo y resulta realmente difícil contener las lágrimas ante esta abominable historia real, sintoma del racismo extremo que imperó en los estados sureños de Estados Unidos en el pasado. E incluso ahora en todas partes, como muestran las noticias cada día. Una obra, por tanto, necesaria, como recordatorio de los derechos elementales sin los cuales este racismo terrible, ordinario y venenoso podría aún dar lugar a tales atrocidades.
A diferencia de su película anterior, Chukwu opta por dejar que el espectador experimente todo el impacto emocional de este drama. El guión de la película tiene el buen gusto de evitar el voyeurismo fuera de lugar y cierta complacencia en la violencia. De hecho, no vemos nada del famoso linchamiento que dio lugar a este trágico suceso. La cineasta prefiere mostrar los hechos de los que es consecuencia, y sobre todo el descubrimiento del cadáver de un hijo por su madre, un cuerpo realmente irreconocible. Y con la ayuda de una dirección modesta, sobria pero eficaz, gracias a un plano inteligente y finamente elaborado, nos damos cuenta del horror de lo que ha sufrido este joven adolescente. Notable. Como lo es el resto de esta poderosa obra, realizada con muchas de las mejores y más apropiadas herramientas que ofrece el Cine con mayúsculas. Con sus minuciosos planos y sus cuidados encuadres, móviles y nunca gratuitos, Chukwu saca a su película de la rutina del anticuado cine académico con gran talento y brío.
Pero eso no es todo. Si "Till, el crimen que lo cambió todo" impresiona tanto, se debe también a la fuerza de los intérpretes. Si el actor que interpreta al chaval cumple todos los requisitos del niño perfecto, es quizá para atraernos aún más, aunque parezca innecesario dado el horror de esta historia, que no necesitaba ningún efecto suplementario. Todos los demás actores secundarios son impecables, pero la interpretación de la desconocida Danielle Deadwyler en el papel protagonista de la madre afligida es sobrecogedora. Toda la emoción y la angustia que sentimos nos llegan a través de sus expresiones faciales. Sus lágrimas, sus gritos de dolor y sus miradas lo dicen todo y son estas emociones que nos permiten entender y comprender por lo que está pasando esta madre. Una gran y bella película sobre el racismo, alejada de toda demagogia o didactismo, que nos impacta y aturde. En un sublime torbellino de emociones.
A diferencia de su película anterior, Chukwu opta por dejar que el espectador experimente todo el impacto emocional de este drama. El guión de la película tiene el buen gusto de evitar el voyeurismo fuera de lugar y cierta complacencia en la violencia. De hecho, no vemos nada del famoso linchamiento que dio lugar a este trágico suceso. La cineasta prefiere mostrar los hechos de los que es consecuencia, y sobre todo el descubrimiento del cadáver de un hijo por su madre, un cuerpo realmente irreconocible. Y con la ayuda de una dirección modesta, sobria pero eficaz, gracias a un plano inteligente y finamente elaborado, nos damos cuenta del horror de lo que ha sufrido este joven adolescente. Notable. Como lo es el resto de esta poderosa obra, realizada con muchas de las mejores y más apropiadas herramientas que ofrece el Cine con mayúsculas. Con sus minuciosos planos y sus cuidados encuadres, móviles y nunca gratuitos, Chukwu saca a su película de la rutina del anticuado cine académico con gran talento y brío.
Pero eso no es todo. Si "Till, el crimen que lo cambió todo" impresiona tanto, se debe también a la fuerza de los intérpretes. Si el actor que interpreta al chaval cumple todos los requisitos del niño perfecto, es quizá para atraernos aún más, aunque parezca innecesario dado el horror de esta historia, que no necesitaba ningún efecto suplementario. Todos los demás actores secundarios son impecables, pero la interpretación de la desconocida Danielle Deadwyler en el papel protagonista de la madre afligida es sobrecogedora. Toda la emoción y la angustia que sentimos nos llegan a través de sus expresiones faciales. Sus lágrimas, sus gritos de dolor y sus miradas lo dicen todo y son estas emociones que nos permiten entender y comprender por lo que está pasando esta madre. Una gran y bella película sobre el racismo, alejada de toda demagogia o didactismo, que nos impacta y aturde. En un sublime torbellino de emociones.
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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