Crítica de Señora Doubtfire, papá de por vida por Motxo
Redactada: 2024-06-11
Clasicazo dónde los haya, con imágenes icónicas como Robin Williams bailando disfrazado de la Señora Doubtfire.
Tiene de todo, una actuación de diez de Robin Williams, comedia top, momentos más duros o tristes...me parece una película muy completa. De hecho, ahora de adulto me lo parece aún más, de pequeño me quedaba con los momentos cómicos del travestismo de Daniel Hillard, personaje interpretado por Robin, pero ahora puedo apreciar mucho más.
Se ve que la pareja es disfuncional, Daniel no asume el rol que tiene, es padre, no un amigo de sus hijos (me niego a decir madurar, la fruta madura, las personas asumen sus responsabilidades), y esto hace que Miranda (Sally Field) tenga que ejercer además de su rol de madre de ¿impositora? de limites hacia el comportamiento de su marido. Y ella, realmente sufre, no es una mala persona, una aguafiestas, no, es una madre que intenta ofrecer unas normas, unas reglas y una seguridad a sus hijos pero que es boicoteada por la falta de responsabilidades de su marido. Por todo esto, la separación a pesar de ser algo doloroso fue necesaria, porque gracias a ella Daniel pudo ponerse las pilas para ejercer de lo que era, un padre.
Por otro lado, no todo lo del primer Daniel era malo. Era divertido pero falto de límites, era creativo pero sin asumir responsabilidades, pero sobretodo era honrado y con valores, porque hay algo que sobretodo en esos años ha pasado desapercibido, su rechazo a un trabajo porque el personaje que iba a doblar incitaba a los niños a fumar. Esta escena es una de las mejores de la película por lo que significa, y más aún a principios de los 90 dónde no se tenía la conciencia que se tiene ahora en torno al tabaco.
En resumen, vezla una y otra vez, os lo vais a pasar muy bien, os vais a reír, y si además hacia mucho tiempo que no la veíais, la veréis con otros ojos.
Tiene de todo, una actuación de diez de Robin Williams, comedia top, momentos más duros o tristes...me parece una película muy completa. De hecho, ahora de adulto me lo parece aún más, de pequeño me quedaba con los momentos cómicos del travestismo de Daniel Hillard, personaje interpretado por Robin, pero ahora puedo apreciar mucho más.
Se ve que la pareja es disfuncional, Daniel no asume el rol que tiene, es padre, no un amigo de sus hijos (me niego a decir madurar, la fruta madura, las personas asumen sus responsabilidades), y esto hace que Miranda (Sally Field) tenga que ejercer además de su rol de madre de ¿impositora? de limites hacia el comportamiento de su marido. Y ella, realmente sufre, no es una mala persona, una aguafiestas, no, es una madre que intenta ofrecer unas normas, unas reglas y una seguridad a sus hijos pero que es boicoteada por la falta de responsabilidades de su marido. Por todo esto, la separación a pesar de ser algo doloroso fue necesaria, porque gracias a ella Daniel pudo ponerse las pilas para ejercer de lo que era, un padre.
Por otro lado, no todo lo del primer Daniel era malo. Era divertido pero falto de límites, era creativo pero sin asumir responsabilidades, pero sobretodo era honrado y con valores, porque hay algo que sobretodo en esos años ha pasado desapercibido, su rechazo a un trabajo porque el personaje que iba a doblar incitaba a los niños a fumar. Esta escena es una de las mejores de la película por lo que significa, y más aún a principios de los 90 dónde no se tenía la conciencia que se tiene ahora en torno al tabaco.
En resumen, vezla una y otra vez, os lo vais a pasar muy bien, os vais a reír, y si además hacia mucho tiempo que no la veíais, la veréis con otros ojos.
Guion
0 ✮
Banda sonora
0 ✮
Interpretación
0 ✮
Efectos
0 ✮
Ritmo
0 ✮
Entretenimiento
0 ✮
Complejidad
0 ✮
Sentimiento
0 ✮
Duracion
0 ✮
Credibilidad
0 ✮
Fotografía
0 ✮
Dirección
0 ✮
Valoraciones en tu crítica:
Todavía no hay comentarios
Comentarios