Crítica de Regular Rabbit por Sandris
Redactada: 2024-05-17
Un conejo bastante naif corretea por su hogar, el bosque, sin apenas problemas al igual que el resto de animales. Ajeno a la voz que narra su supuesta historia, el conejo vive con tranquilidad. He aquí el quid de la cuestión, ¿si el conejo no hace aparentemente nada malo por qué la voz narradora no para de mostrarlo como un ser desalmado? El inconfundible Rory McCann, narra este breve corto con su potente voz marcando un contraste bastante duro entre lo que oímos y lo que vemos.
No es un secreto que vivimos en la era de la información inmediata, en la que todos somos "opinólogos", podemos hablar del conflicto en Ucrania y Palestina al mismo tiempo que organizamos trifulcas por ver quién sabe más de medicina, cine o comida. Vivimos en la era de la información, de las redes sociales y, sin embargo, estamos menos informados que nunca. Nos hemos convertido en seres de consumo y olvido, por eso 'Regular Rabbit' supone una crítica a todo este sistema social que nos rodea. Que nos difumina, vierte rumores y falsedades; las fake news en su máxima expresión reflejadas en la cara de un inocente conejo que sólo quiere vivir en paz y jugar con sus amigos.
La animación es cuqui, el conejito es adorable y Sandor Clegane puede despertarte de un coma, pero más allá de esto, el corto se me ha hecho corto (valga la redundancia).
No es un secreto que vivimos en la era de la información inmediata, en la que todos somos "opinólogos", podemos hablar del conflicto en Ucrania y Palestina al mismo tiempo que organizamos trifulcas por ver quién sabe más de medicina, cine o comida. Vivimos en la era de la información, de las redes sociales y, sin embargo, estamos menos informados que nunca. Nos hemos convertido en seres de consumo y olvido, por eso 'Regular Rabbit' supone una crítica a todo este sistema social que nos rodea. Que nos difumina, vierte rumores y falsedades; las fake news en su máxima expresión reflejadas en la cara de un inocente conejo que sólo quiere vivir en paz y jugar con sus amigos.
La animación es cuqui, el conejito es adorable y Sandor Clegane puede despertarte de un coma, pero más allá de esto, el corto se me ha hecho corto (valga la redundancia).
Guion
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Banda sonora
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Interpretación
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Efectos
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Ritmo
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Entretenimiento
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Complejidad
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Sentimiento
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Duracion
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Credibilidad
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Fotografía
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Dirección
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