Crítica de May, ¿quieres ser mi amigo? por sinistre
El descenso a la crazyness total se ve reflejado de una forma similar en Ginger Snaps: como más enferma está, más segura de sí misma, más atrayente y más gótica.
La verdad, es que la película es más trágica que de miedo, como la vendieron en su momento. Tiene escenas desagradables, sí, pero la soledad y la amargura de ser un inadaptado es tan presente que se puede casi palpar.
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