Crítica de Le llaman Bodhi por Obscuritas

Al principio puede parecer una película más de atracos a bancos, que seguro que hay unas cuantas, pero en realidad es mucho más que eso. Y mucha culpa de ello la tienen sus protagonistas, un jovencito Keanu Reeves que ya había hecho la primera de Bill y Ted pero aún no se había encontrado con Drácula, y un Patrick Swayze más curtido y como nunca le había visto, con pelo largo y barba, un look surfero que por cierto le sienta muy bien. Y además están muy bien acompañados por Gary Busey y Lori Petty como el interés romántico.

Al agente Johnny Utah, junto a su compañero Angelo Pappas, les asignan investigar una serie de atracos que han ocurrido en los últimos años, todos ellos por parte de la misma banda con máscaras de ex presidentes de Estados Unidos, y todos ellos no sólo idénticos sino también en las mismas fechas. La investigación les hace pensar que se trata de un grupo de surfistas, por lo que Johnny se tiene que hacer pasar por uno de ellos hasta dar con los atracadores, conociendo así a Tyler, que le enseñará a surfear, y también a Bodhi, una especie de gurú espiritual con una curiosa forma de ver el surf y la vida. Pero Bodhi resulta ser más que eso, y es entonces cuando las cosas se complican para todos.

Que hablen del correccional de Chino y de ciertas playas de California me hace pensar en la serie The OC, y entonces piensas que va a ser una película ligera, de surfistas, gente muy guapa y muy en forma, mucho sol y mucha diversión. Pero resulta curioso cómo se mezcla todo ese mundo con una película de atracos a bancos y de investigaciones del FBI, y también con una trama romántica y funciona, está todo muy bien hilado y contado, y la química entre los personajes es muy importante.

Y es que tenemos de todo, acción, tensión, adrenalina, romance, disparos, persecuciones, robos, surf, bastante drama, venganzas, y además una buena banda sonora para acompañar. Tiene tantos elementos y pasan tantas cosas, que las dos horas que dura se me han pasado volando, y no sólo no decae, sino que el final es de traca.