Crítica de Jurassic Park (Parque Jurásico) por MrPenguin

Parece mentira, pero ya han pasado casi 30 añazos desde que 'Jurassic Park' sacudiese al mundo entero y dejase marcados a millones de niños (y no tan niños) con su innovador concepto y su abrumador despliegue audiovisual. Algunos salíamos del cine tan impresionados que el siguiente pensamiento en nuestros ingenuos cerebros estaba claro: necesitábamos un dinosaurio como mascota. Lógicamente, mi madre no pudo satisfacer mi, por otra parte, razonable petición, pero al menos accedió a llevarme de nuevo al cine una segunda vez. Y una tercera. E incluso una cuarta. No podía evitarlo, la idea central de la película era tan fascinante que resultaba complicado no dejarse atrapar por ella de principio a fin.

Esa idea, concebida por el escritor y coguionista de la película Michael Crichton en su novela homónima, se basaba en la posibilidad de recuperar material genético de animales extintos para así traerlos de nuevo a la vida; un concepto que ponía sobre la mesa el incontenible ansia del ser humano de jugar a ser Dios y las diferentes implicaciones que ello podría traer consigo. Ese punto, aun estando mucho más explotado en la novela (la cual también recomiendo), añade el factor reflexivo a una película que, ante todo, es cine de aventuras en su forma más pura y espectacular. Sí, los temas acerca de los límites éticos de la ingeniería genética y el comercio y la explotación de especies están presentes, pero donde 'Jurassic Park' brilla de manera especial es en su carismático reparto (muy fan de Jeff Goldblum haciendo de matemático macarrilla), en sus impactantes escenas de acción, en la maravillosa banda sonora de John Williams y, sobre todo, en la insuperable combinación de CGI y modelos animatrónicos para recrear a los dinosaurios con un nivel de detalle y realismo absolutamente increíble.

En definitiva, un auténtico clásico atemporal de la ciencia ficción que, pese a todos los años que carga a sus espaldas, sigue manteniéndose como una entretenidísima y apasionante aventura llena de escenas icónicas, momentos vibrantes e imágenes para el recuerdo. Y sí, puede que Homer Simpson tuviera razón con aquello de que "nunca podremos tener un dinosaurio", pero al menos siempre nos quedará 'Jurassic Park'. Y eso, desde luego, no es poca cosa.